En el mes de junio del 2014, según las estadísticas del Dpto. de Migraciones de Japón, la población latina es de unos 240.000 registrados, de los cuales 177.953 son brasileños, 48.263 son peruanos, 5.309 bolivianos, 2.674 argentinos, 2.260 colombianos, 1.840 paraguayos, etc. Sin embargo, si observamos los datos de los notificados como personal activo en empresas japonesas, son 717.504 los extranjeros que trabajan en 126.729 establecimientos (Datos del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social, Octubre de 2013). De este total, 303.886 son chinos, 34.100 son coreanos, 95.505 son brasileños, 80.170 son filipinos, 37.537 son vietnameses y 23.189 son peruanos, entre otros.
Los de origen latinoamericano ocuparían aproximadamente un 18% de la fuerza laboral extranjera y la particularidad es que un poco más de la mitad trabajan de manera tercerizada y en el sector manufacturero, procesamiento de alimentos, servicios y últimamente más notorio en el «kaigo” donde asisten a los ancianos o pacientes que requieren una atención muy diversa en los geriátricos, hospitales y también a domicilio.
El «kaigo” es un concepto que implica una gama de apoyos y ayudas para que una persona pueda realizar lo mínimo indispensable para vivir y sobrevivir. Hoy, a través de un diagnóstico de las agencias autorizadas por el Estado, las personas de edad con limitaciones por alguna enfermedad o lesión e incapacidades pueden recibir una serie de servicios en base al grado de necesidades admitida. Es necesario que el paciente esté asegurado al seguro de salud y al seguro de asistencia llamado «kaigo hoken”, que es obligatorio desde los 40 años de edad. Y aunque sean beneficiarios de estos seguros deben seguir pagando sus cuotas según el nivel de ingresos (la pensión es también un ingreso no libre de impuestos por lo que hasta el último día van a recibir las respectivas facturas).
Ahora, a pesar de una mayor demanda de estos servicios, el salario de las «helper” y demás personal es baja (promedio mensual es de 212.972 yenes) y la tasa de renuncia al empleo es bastante elevada, del 16.6% (el promedio general es del 14.8% para todo el sector productivo). Más del 56.6% del personal señalan en un estudio realizado por la Kaigo Rodo Antei Center (es una muestra de 18.000 empleados de 7.808 establecimientos) que hay escasez de personal pero indican que no mejoran las condiciones de trabajo, que no pagan la asignación extra por turnos nocturnos, que no pueden gozar de las licencias pagas, que muchas mujeres solo cobran por hora de servicio pero no por las horas de espera o traslado, etc.
Muchas mujeres latinas han obtenido en estos años la licencia de «helper 2” para trabajar en estos ámbitos y en realidad es un sector muy dinámico y en crecimiento por el aumento de las personas de edad que requieren diversos servicios de asistencia, tanto en su domicilio, en el geriátrico o en un hospital. El gobierno destina en estos momentos unos 1,1 billón de dólares en seguridad social, de los cuales 540.000 millones (el 49%) son para pagar las pensiones, 350.000 millones (32%) para los gastos de salud y 210.000 millones (19%) para bienestar social donde 84.000 millones son para todo lo referente a «kaigo” (cuidados y asistencia para ancianos). El 55% de todos estos costos es por el aporte de los mismos beneficiarios que pagan las cuotas de la seguridad social y el resto lo aportan el Estado y las Prefecturas y Municipios. Viendo solo el valor de bienestar social, 210.000 millones de dólares, es todo lo que el Perú de 30 millones de habitantes produce en un año. Solo el presupuesto de seguridad social de Japón es 5 veces el PBN del Perú, casi el doble del de la Argentina y la mitad del de Brasil, ni más ni menos. De ahí viene el aumento del IVA, del 5 al 8% y al 10% el año próximo (por más que está en discusión una posible revisión, ya está aprobado en el Parlamento y no hay recursos genuinos que puedan sustentar el aumento de los gastos sociales).
Retomando el mundo del «kaigo”, estas son algunas de las particularidades:
1. Cada vez hay más empresas privadas autorizadas que ofrecen estos servicios, aunque hasta hace una década las organizaciones de bienestar social (shakai fukushi hojin) y las instituciones médicas tenían casi el monopolio. Hoy rondan el 30% y las firmas privadas ya superan el 55%. Las NPO (entidades sin fines de lucro), están en el orden del 5%. Actualmente hay un incremento de los servicios a domicilio (36.7%) y una leve reducción en las demás modalidades de atención, aunque en el caso de las firmas privadas el 65% de sus servicios son a domicilio.
2. El 45% son establecimientos con menos de 19 empleados pero la tendencia es que aumenten las medianas de 20 a 49 empleados que rondan el 30%. Las que tienen más de 100 empleados ocupan apenas el 5.6%.
3. A pesar de que muchas empleadas dejan el empleo en poco tiempo, también es cierto que hay un aumento de personal que trabaja más de 10 años en esta actividad. De todos modos, el 30% tiene de 2 a 5 años de trabajo y el 25% de 5 a 10 años de antigüedad. El 74% de las personas que dejan el empleo tienen menos de 3 años de permanencia y son de establecimientos con menos de 19 empleados. La tasa de renuncia o alejamiento del personal es mayor en las firmas privadas que en las instituciones públicas y hospitales.
4. Las que trabajan de manera fija como «shain” dentro de los establecimientos son el 65%, mientras que las firmas que despachan personal a domicilio o a geriátricos es también del 65% pero en condiciones laborales más precaria, temporal y una parte es terciarizada (hay un 10% del personal que son por agencias pero cuando se trata de tareas de «kaigo” a domicilio esa proporción aumenta a 34%). De hecho, las mujeres «helpers” que ofrecen sus servicios a domicilio el 80% son de contratación no permanente y el 90% cobran solo por las horas de trabajo realizado. Actualmente, el gobierno intenta corregir esta situación pero aún no ha dado los suficientes resultados.
5. Sin embargo, haciendo un análisis más pormenorizado de la permanencia en estos empleos, si bien en promedio uno de cada cinco empleados/as deja el empleo, la realidad es que el 40% de los establecimientos tiene una tasa de renuncia menor al 10% y un 25% sí supera el 30%. Significa que hay muchos lugares donde el personal tiene una estabilidad aceptable, es bien tratado y capacitado y está satisfecho con su empleo. El problema radica en las empresas llamadas «black kigyo” (firmas en lista negra) que tienen una alta tasa de deserción laboral por el mal trato, horas impagas y poca formación.
6. En las firmas y entidades que tienen una buena estabilidad laboral hay más trabajo en equipo, mejor comunicación entre los empleados y sus superiores y el nivel de capacitación al momento de ser contratada como posteriormente es casi igual entre las que son fijas y las eventuales. Sin embargo, como se trata de un sistema de servicios a través de un seguro público, no es fácil incrementar los salarios y demás gastos de personal bajo los criterios de mercado. El Estudio señala que el salario mensual oscila de 180.000 a 260.000 yenes, según el rango, especialidad y antigüedad. Y por hora es de 910 a 1306 yenes. Los que están en la parte administrativa y organizativa cobran un promedio de 300 a 350 mil yenes al mes, mientras que los que están en servicios es de unos 220.000 yenes. En las «helpers”, el 40% son cabeza de familia por lo que sus ingresos son vitales para el sustento familiar. Y lo otro es que, si bien son turnos rotativos no hay en general sobretiempo donde uno pueda hacer una mejor diferencia salarial.
De todos modos, como es un sector en crecimiento con escasez de personal idóneo y experimentado, las empresas intentan hacer esfuerzos para retener a las helpers que saben trabajar pagando bonificaciones, mejorando las pagas por tiempo de espera y de traslado y ampliando los programas de capacitación. Para lograr estos objetivos, las firmas medianas y medianas grandes son las que van a lograr un desempeño razonable en esta actividad y podrán mejorar el ambiente laboral de las empleadas que brindan día a día sus servicios en los establecimientos y a domicilio. En tal sentido, es un ámbito laboral que los trabajadores latinos en general pueden aspirar mejorando más su nivel de idioma japonés y los conocimientos técnicos de las tareas del «kaigo”.
Kaigo Rodo Antei Center http://www.kaigo-center.or.jp
Otras referencias:
http://www.ideamatsu.com/seguridadsocial/700-2-1.htm
http://www.ideamatsu.com/seguridadsocial/700-7-4.htm
http://www.latin-a.com/index.php?entry_id=1390370625&title=kaigo-pensando-en-nuestro-futuro
http://www.latin-a.com/index.php?entry_id=1348775220&title=kaigo-hoken—seguro-para-cuidados-y-tratamientos
Por: Lic. Alberto Matsumoto
www.ideamatsu.com