Los peruanos en Japón y la pensión de jubilación

Desde finales de los 80’s, miles de peruanos procedentes de diversos lugares del país, comenzaron a llegar a Japón. Desde jóvenes que recién terminaban sus estudios, hasta docentes e ingenieros ya formados, todos en diferente situación económica y social, pero con un mismo objetivo: Mejorar la situación en la que se encontraban.

La economía japonesa estaba en su pico más alto, las fábricas necesitadas de mano de obra, y las ciudades sin conocer nada sobre Sudamérica, comenzaban a acoger brasileños y peruanos con apellido igual al de los locales, pero de costumbres totalmente diferentes.

En ese entonces no había mucha información sobre los derechos y obligaciones, impuestos, seguro nacional de salud, ni mucho menos sobre el sistema de pensiones. Esta falta de información sumada a la diferencia del idioma y las ganas de sumar cada vez más horas de “zangyo” (horas extras) al mes, hicieron que el tema de la pensión pasara a un segundo plano en la vida de los peruanos residentes en Japón de ese entonces.

Ahora, después de más de 30 años, estamos comenzando a sentir los resultados de esa “puesta a segundo plano”, sin los yenes necesarios para sentirnos tranquilos en la vejez, sin saber el idioma japonés y sin tener la misma fuerza física para “siquiera” mantenernos en las fábricas donde aumentan cada vez más la fuerza joven y con dominio de idioma japonés proveniente del sudeste asiático.

Cada vez más se habla sobre el sistema de pensiones. No solamente por el lado peruano, sino también por el lado japonés. Estos últimos mirando cada vez con más preocupación esta situación, ya que “el problema” está físicamente en este lado.

En agosto pasado, un grupo de inmigrantes peruanos lanzó una encuesta online con el objetivo de promover un acuerdo de seguridad social entre Perú y Japón; sin embargo, es importante considerar los posibles desafíos y riesgos de implementar un acuerdo de seguridad social.

Uno de los principales desafíos es la voluntad política de ambos gobiernos para negociar y firmar dicho acuerdo. Aunque Perú y Japón han mostrado interés en fortalecer sus relaciones bilaterales, la implementación de un acuerdo de seguridad social requiere un compromiso firme y coordinado de ambas partes. Además, es necesario evaluar las implicaciones financieras y administrativas al sumar los años de aportaciones en ambos países, así como garantizar que los fondos destinados a las pensiones sean gestionados de manera transparente y eficiente.

Otro aspecto a considerar es la situación política en Japón. Recientemente, la campaña electoral de partidos de ultraderecha japonesa, ha cuestionado la entrega de subsidios sociales a los extranjeros, acusando al gobierno de otorgar más “privilegios” a los extranjeros que a los mismos japoneses.

Aunque los datos estadísticos desmintieron estos puntos, los candidatos que utilizaron ese discurso excluyente fueron elegidos, mostrando que estos grupos antiinmigrantes tienen influencia política. Esta situación podría complicar las negociaciones para un acuerdo de seguridad social entre Perú y Japón.

Al final, detrás de cada número y cada cálculo de años de cotización, existen historias de vida, sacrificio y sueños; de personas que llegaron a Japón con la esperanza de construir un futuro mejor, y que hoy se encuentran ante la incertidumbre de su vejez.

El camino hacia un acuerdo de seguridad social puede ser largo y complejo, con desafíos políticos y administrativos, pero más allá de cualquier negociación o decisión oficial, la reflexión es ¿cómo valorar el esfuerzo de quienes construyeron su presente entre dos tierras, buscando la tranquilidad de un mañana?

Por abogado Yohei Oda