En las escuelas primarias y secundarias japonesas se dan muchos deberes en las vacaciones de verano. Los ejemplos típicos de ellos son: libros de ejercicios de matemática y kanji, composiciones sobre los recuerdos de las vacaciones con dibujos, reportes diarios, notas e impresiones de la lectura de algunos libros, etc. El más complicado y que a veces obliga a los padres a ayudar a sus niños es la “investigación libre” (自由研究: ziyukenkyu). En esta tarea los niños tienen que investigar sobre algo que sea de su interés y el tema es totalmente libre y por lo mismo que el tema es demasiado amplio, a los niños se les hace difícil decidir sobre qué tema quieren desarrollar su investigación.
Como referencia y con el propósito de poder dar alguna idea, a continuación, voy a compartir con ustedes las dificultades que tuve para desarrollar este deber durante mi época escolar. Le comento que a mí no se me ocurría ningún tema interesante y todos los años mi madre y yo juntas pensábamos sobre qué tema investigaría. Un año buscamos por Internet temas y decidimos hacer un experimento de hervir hojas para observar cómo cambiaban de color al hacerlas hervir con varias sustancias químicas como bicarbonato de sodio, pero no nos salió bien ya que el color permaneció verde, aunque las hirviéramos por muchos minutos y finalmente tuvimos que cambiar el tema, aunque ya habíamos comprado las sustancias y objetos necesarios para la investigación y habíamos ido a recoger varios tipos de hojas en las calles. Es mi recuerdo más amargo de los deberes de las vacaciones de verano. Sé que me daban todos los años este trabajo y supongo que hice cada año hice una investigación cuando cursaba las escuelas primaria y secundaria, es decir hice nueve investigaciones en total, pero solo me acuerdo de la que fue un fracaso.
Otras tareas diferentes eran la de asistir a un juicio, ir a un museo y escribir un ensayo sobre una obra. En cuanto a la primera, por miedo no fui a ningún juicio y elegí la opción de ir a un museo en el que se exponen objetos de la guerra. Escribir sobre algún cuadro también me costó mucho porque no siento casi nada al mirar obras de arte y tuve que consultar muchos libros o página webs acerca de un cuadro y su pintor para poder redactar mi reporte.
Los libros de ejercicios de matemática y kanji contienen bastante trabajo y se requiere mucho tiempo para terminarlos. Como habrán podido ver, no se pueden acabar los deberes de las vacaciones de verano en un día, se requieren muchos días para hacerlo, por tanto, es recomendable que lo niños hagan sus tareas poco a poco desde el comienzo de las vacaciones.
Aunque a veces los deberes escolares pueden resultar difíciles y hasta extraños, en el futuro formarán parte de los recuerdos de verano de la niñez.
Por Sanami Takahashi