Otsukimi dorobo (お月見泥棒)

Hoy les hablaré de un evento relacionado con la primera noche de la luna llena de otoño (zyugoya), se trata del Otsukimi dorobo (ladroncillo de tsukimi), uno de los eventos de observación de la luna para niños que se llevan a cabo en varias regiones.

Solo en este día los niños pueden robar ofrendas decoradas para el festival de observación de la luna en la noche de luna de cosecha (jugoya [noche de luna llena]). 

El Otsukimi dorobo es un evento parecido al Halloween y también se llama Wafu Halloween, Halloween japonés. En el Otsukimi Dorobo antiguamente los niños se llevaban ofrendas (tsukimi dango, bolitas hechas de pastel de arroz, que en esa noche se comen contemplando la luna) de manera secreta. Se dice que robar era permitido sólo en la primera noche de luna llena de otoño. 

Antes este evento se celebraba en muchas partes de Japón, pero hoy en día se sigue practicando solo en algunas prefecturas como Fukushima, Ibaraki, Gunma, Aichi, Mie, Wakayama y Miyazaki. 

El Tsukimi Dorobo es una práctica que se ha visto desde el período Edo. Desde la antigüedad se dice que los niños pueden robar o pasear pidiendo las ofrendas de la primera noche de luna llena de otoño. Las ofrendas se colocaban en la entrada o en el jardín para que los niños pudieran llevárselas fácilmente. 

Antiguamente se consideraba que los niños eran mensajeros de la luna y las familias a quienes les robaban quedaban contentas porque tendrían una buena cosecha, ya que se pensaba que el niño no robaba las ofrendas, sino que el mensajero de la luna las había tomado. Además, se decía que los niños estarían saludables por comer ofrendas que habían robado. 

Hoy en día no se llevan ofrendas sino dulces como chocolate, caramelo, etc. Normalmente los dulces están dentro de la cajita y los niños escogen y se los llevan. Antiguamente se las llevaban sin decir nada, pero ahora se tiene que decir “Somos ladroncillos de Otsukimi” o “dennos el otsukimi”.

Algunas regiones aún celebran este evento como parte de enseñanza a los niños de la región y afianzar su conexión con la comunidad.

Tsukimi (月見): Mirar la Luna

Tsukimi (月見) significa literalmente «Mirar la luna”. Esta tradición llegó a Japón hace más de mil quinientos años desde China y se popularizó durante la época Heian (794-1185), es una fecha destina a la contemplación de la luna para honrarla que tiene lugar entre mediados de septiembre y principios de octubre, con lo cual se da paso del verano al otoño. Durante el periodo Edo o Tokugawa (1603-1868), la festividad de la luna se extendió entre las clases populares y se hicieron muy concurridos diversos lugares para la observación de la luna.

En la actualidad los japoneses suelen reunirse en lugares apartados para poder admirar con tranquilidad y claridad la luna, como por ejemplo el templo de Yushima y Kudanzaka, una pendiente que sube hasta el templo Yasukuni en el distrito de Chiyoda. Otros lugares populares son en la costa del río Sumida en la bahía de Tokio, desde donde no únicamente se puede contemplar la luna directamente, sino también su bella imagen reflejada en las aguas. Esta visión es, desde el sentido estético de los japoneses y su aprecio por los acontecimientos de la naturaleza, algo indescriptiblemente bello. 

 Tsukimi es una noche mágica, el fin de llevar a cabo esta tradicional festividad es simplemente celebrar la belleza de la luna y su gran majestuosidad, aludiendo también a la dicha de poder vivir y compartir lo mejor de la vida, alimentando cada día nuestro ser. La tradición parte de una de las leyendas en las que Buddha en su reencarnación como conejo decide dar la propia carne de su cuerpo para que la coman los hambrientos, pero este sacrificio no es llevado a cabo porque el rey del cielo lo impide. Como recuerdo por su gran valor y sacrificio, el rey del cielo trazó un dibujo de un conejo en la superficie de la luna para recordar por siempre su buena acción. 

 Los alimentos tradicionales para esta fecha son los buñuelos de harina de arroz y los «Tsukimi Dango” que están elaboradas de «mochi”. También se ponen unas ramas de zuzuki, fruta, castañas, sake, etc. (según los gustos); todo esto se coloca a la luz de la luna como ofrecimiento a los dioses, para dar las gracias por la cosecha de arroz. Durante la celebración se pueden pedir deseos, se toma té y se escucha música con koto o shakuhachi. ¡Feliz お月見!

 Por: Abby Hymura, Revista Latin-a

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