Crisis es una palabra que a todos nos pone los pelos de punta y tiene, por lo general, una connotación negativa. En efecto, la palabra de marras nos sugiere inestabilidad, incertidumbre, desequilibrio, desempleo, bolsillos vacíos entre otras cosas más, pero ese es sólo un lado de la balanza. Veamos, entonces de qué se trata. En japonés la palabra crisis se traduce como «kiki” (危機). Hay que anotar que ambos ideogramas fonéticamente son iguales mas semánticamente son diferentes. Ahora bien, sucede que con los dos ideogramas que forman la palabra crisis, tomándolos separadamente, podemos construir dos palabras con sentidos opuestos. Veamos. Con el primer ideograma formamos la palabra «kiken» 危険 que significa «peligro” y con el segundo, obtenemos la combinación «kikai” 機会, cuyo significado es «oportunidad”. ¿Qué tenemos entonces? Que la palabra «crisis” tiene dos polos: el «negativo” con la acepción de peligro y el «positivo” con el de oportunidad. Esto me hace recordar aquella resabida figura del vaso con agua hasta la mitad: los optimistas lo ven medio lleno y los pesimistas, medio vacío. Y es que la crisis puede generar un cambio, para bien o para mal, todo depende de cómo la asumamos. Es así que muchas veces en épocas de crisis aumenta la creatividad y el ingenio para solucionar problemas que en periodos de estabilidad resultan irresolubles. En español hemos dejado, inconscientemente, de lado el polo positivo de la palabra crisis para sostenernos en el aspecto negativo. No deja de sorprender la exactitud de los mencionados ideogramas para reflejar una determinada situación que en español, en simples letras romanas, se nos pasa desapercibido.
Por: Miguel Ángel Fujita Graduado en Literatura U.N.M. de San Marcos - Perú Profesor de español en la A.I. de Toyokawa E-mail elchasquicorreo@hotmail.com