Cuando se rompe el equilibrio entre lo real y lo ideal surge un conflicto entre la mente y el cuerpo dando paso a diferentes enfermedades emocionales «nuevas” que podrían llegar a una adicción como es el caso de lo que últimamente se denomina «selfie” vocablo inglés que en español podría llamar «autorretrato” o «autofoto”. El selfie se definiría como un retrato que uno mismo se hace desde un móvil o cámara digital, estando cada vez más de moda hacerlo y publicarlo en redes sociales.
En lo personal no me parece un problema el que uno mismo se haga una foto, el problema sería cuando se vuelve una exageración publicarlo, mostrarlo y hacerlo en cualquier oportunidad, dando paso con esto a lo que podría llegar a ser una adicción. Esta persona podría llegar a tener problemas mentales según algunos especialistas, pero como psicóloga la veo como una persona que busca «algo” y no sabe qué es, desorientada y que quiere llamar la atención de alguna manera para llenar su vacío.
«El adicto es una persona en busca de placer y lo busca en lugares equivocados, pero va detrás de algo importante” como diría Deepak Chopra y no podemos ignorar ese significado y esa búsqueda de las personas adictas. Sin embargo muchas veces esa búsqueda es destructiva y se nos presenta como si fuera algo bueno y lo buscamos en el lugar equivocado, ya se trate de drogas, comida, alcohol, tabaco, juegos de azar, telenovelas o cualquier tentación que se nos presenta cada día, y en esta ocasión la manera exagerada de utilizar los móviles o cámaras digitales para plasmar cada momento de nuestra vida con exageración.
La especialista Panpimol Wipulakon, del departamento tailandés para la salud mental, nos dice que «Prestar demasiado atención a las fotografías publicadas, controlando quien las mira, o a quién le agrada o quién comenta, con la esperanza de lograr una mayor cantidad de «me gusta” es un síntoma de que las «selfies” están causando un problema”.
Independientemente de lo que opinen los especialistas, creo muy importante escuchar nuestra voz interior y preguntarnos ¿Qué es lo que nos está pasando? ¿Para qué me saco fotos? También podríamos ayudar a alguien con una llamada de atención sobre su comportamiento, porque puede que ni él mismo se haya dado cuenta.
Por otro lado, una vez que se hayan contestado las preguntas y aceptado su «problema”, tratar de pedir ayuda y aumentar la confianza en sí mismo sería el siguiente paso, antes de que aumente y pueda verse perjudicado con una depresión o frustración al no recibir la atención de los demás.
Por: Irma Aráuz Psicóloga clínica (Práctica privada) Profesora de español en la universidad de Chiba, Rikkyo, Aoyama, Seikei y Taisho.