Tras la rendición en la Segunda Guerra Mundial, como nación derrotada, Japón se vio obligado a retirar a sus soldados de los territorios ocupados y perdió las colonias que había ganado desde la Guerra Sino-Japonesa. Okinawa, las Islas Ogasawara y Amami quedaron bajo el control de los Estados Unidos, mientras que los Territorios del Norte quedaron bajo el control de la Unión Soviética. Muchas casas y fábricas habían sido destruidas por ataques aéreos, los precios de los productos locales subieron considerablemente y muchas personas quedaron desempleadas. El país del sol naciente se encontraba devastado social y económicamente.
Ante esta situación, un japonés que había emigrado a los Estados Unidos tuvo la iniciativa de reunir fondos de las comunidades y así desde 1946 a 1952 el Japón pudo recibir una suministración humanitaria a lo que se le conoce como Artículos de socorro LARA (Agencia Autorizada para el Apoyo en Asia), según siglas en inglés, que fue un suministro de vida para la población nipona.
Quien lideró este movimiento de LARA se dice que fue Shichinosuke Asano, issei oriundo de la prefectura de Iwate, quien había llegado a Estados Unidos en el año 1917 como reportero del diario Maiyuu Shinbun. Una vez acabada la guerra, se enteró de la falta de bienes que existía en su tierra natal, por lo que se movilizó en la creación de la Asociación de Ayuda a los Refugiados del Japón, la cual estuvo acompañada de entidades religiosas, de cooperación internacionales, haciendo realidad el envío de ropas de vestir, medicamentos y alimentos desde diversos países para el Japón.
Según el valor de moneda de 1952, los suministros recibidos superaron los 40 mil millones de yenes, y se calcula que el 20% del total, cerca de 8 mil millones de yenes, provenían de las comunidades japonesas, resaltando Estados Unidos, Canadá, México, Brasil, Argentina, entre otros más.
En 1957 con el fin de retribuir los suministros recibidos, es que Japón organiza la “Reunión de Confraternidad Nikkei” y desde su segunda edición, en 1960, adopta el nombre de “Convención de Nikkeis y Japoneses en el Exterior” (海外日系人大会 / Kaigai Nikkeijin Taikai) y desde 1962 se realiza anualmente con el fin de rendir homenaje a los primeros inmigrantes, a los miembros de la comunidad nikkei, y ser un evento que fomente la unión entre la gran familia nikkei con el Japón.
La historia de suministros LARA se debe transmitir a las nuevas generaciones ya que resalta ese sentimiento de bondad, solidaridad y familiaridad que tuvieron los nikkei con Japón, y sobre todo, porque es un claro ejemplo de que las comunidades unidas siempre podrán movilizarse para una buena causa. Los japoneses, en respuesta, crearon una canción que en su letra decía lo siguiente: “Gracias a todas las personas implicadas en LARA, por el helado y el chocolate que recibimos en Japón”. Hoy en el puerto de Yokohama se encuentra el monumento de LARA que registra este lazo de amistad.
Tadaaki Ito Licenciado en Comunicación con especialidad en Periodismo (Universidad de Lima). Máster en Cooperación Internacional (Universidad Obirin - Tokyo). Hoy radica en la prefectura de Kanagawa. Twitter: @tada1311