¿Llegaste a vivir a Japón o está rondando por tu cabeza la idea de mudarte a este país asiático? ¡Felicidades! Mudarse a Japón es una experiencia asombrosa, no solo porque como latino supone una muy marcada brecha cultural en comparación a nuestros países de origen, sino porque, además, nos exponemos a sentirnos muchas veces vulnerables en una sociedad que es muy nacionalista y donde el no conocer el idioma nos sitúa en una clara desventaja con nosotros mismos para desenvolvernos en actividades diarias. El idioma japonés para los hispanohablantes, puede parecer sumamente abrumador en un inicio: distinto en estructura, escritura y claramente en pronunciación. Ante ello, debemos ser conscientes y responsables de la herramienta poderosa que tendríamos si logramos entenderlo de una manera ordenada y realista, primero para nuestro día a día y segundo, para encontrar un trabajo o hacer amistades.
El idioma japonés no es imposible, más si, muy diferente al español. Para empezar utiliza tres sistemas de escritura distintos uno del otro: hiragana (ひらがな, para palabras japonesas nativas), katakana (カタカ, para palabras extranjeras) y kanji (漢字 caracteres chinos con significados y lecturas múltiples). En el sistema educativo japonés por ejemplo, los niños van aprendiendo de manera progresiva. En el primer año de primaria comienzan con hiragana, seguido por katakana, y a medida que van pasando de grado, se les introducen los kanjis (alrededor de 1006 kanjis en los seis primeros años, de igual forma en secundaria les enseñan los restantes hasta completar los 2136 kanjis oficiales de uso cotidiano en el idioma japonés) El aprendizaje combina lectura, escritura y caligrafía. Lo más conveniente para nosotros, sería aprender los dos primeros sistemas (hiragana y katakana) así como kanjis elementales que nos permitirán leer menús en los restaurantes, señales y enunciados básicos en el tren, hospitales, tiendas, etc.
Otro consejo clave, sería apoyarnos en frases cortas: Hola / Buenas tardes (Konnichiwa), por favor (Onegaishimasu), gracias (Arigatou), disculpe (Sumimasen), no entiendo (Wakarimasen), ¿Dónde está el baño? (Toire wa doko desu ka?). Estas frases fáciles de aprender, nos ayudarán a manejar mejor situaciones cotidianas sin necesitar de hablar fluidamente. Hoy en día también tenemos al alcance formas de aprender sin invertir dinero mediante apps como: LingoDee, Duolingo y Anki. Incluso también, podemos buscar canales en youtube que nos den las pautas gramaticales para construir oraciones sencillas. En la web de Revista Latin-a también hay algunos artículos que nos pueden ser de utilidad (https://latin-a.org/aprender-japones/).
A partir de aquí, si tenemos un mayor presupuesto, podemos comprar libros, o inscribirnos a clases con profesores en español o inglés. Sin embargo, existen premisas que debemos mantener como claras y no negociables si queremos avanzar: no tener miedo a equivocarnos. En Japón, los errores de idioma se perdonan. Los japoneses suelen apreciar mucho el esfuerzo por hablar su lengua, incluso si solo sabes decir “gracias” o “por favor”. Lo importante es intentar, repetir y observar. Como recién llegado, no necesitas hablar perfecto. Lo más útil es aprender lo que te va a ayudar a sobrevivir y relacionarte: comprar, saludar, pedir ayuda. El resto se va adquiriendo con el tiempo y la convivencia. Parece difícil al inicio, pero con constancia, y buena actitud, tu adaptación será más fácil. Aprender lo básico no solo mejora tu día a día, también te acerca a comprender mejor la cultura y a las personas.
Por Vanessa R. Aguinaga



