Cuando pensamos en islas paradisiacas, sol, playa, mar azul cristalino y deliciosas comidas; generalmente, nuestra mente nos dirige hacia Centroamérica, el caribe, o tal vez islas en Tailandia, Filipinas o Guam. Pero para suerte de nosotros, afortunados de vivir en el archipiélago japonés, podemos encontrar la perfecta combinación de cultura, relajación y aventura en la prefectura más austral de Japón, Okinawa (沖縄県).
Ubicada entre Taiwán y la isla de Kyushu (九州), la prefectura de Okinawa está conformada por 160 islas, pero solo 44 de ellas se encuentran habitadas. Esta región no siempre fue parte de Japón, antiguamente era un nación independiente conocida como el Reino de Ryukyu (琉球王国), luego fue conquistada en 1609 y abolida en 1879, convirtiéndose en la prefectura de Okinawa.
La cultura en estas islas contrasta bastante con el resto de Japón. El ambiente es mucho más relajado, tal vez parte del clima sub-tropical o por los mismos okinawenses que casi siempre son amigables, atentos y de sonrisa fácil. Al visitar Okinawa se nos presenta una gran variedad de actividades, tanto culturales como deportivas.
El Castillo Shuri o Shuri-jo (首里城), casi completamente destruido en 1945 y reconstruido, casi 50 años después, en base a registros históricos y memorias, fue el palacio del Reino de Ryukyu. Este se encuentra rodeado de otros puntos históricos de interés como Shureimon (守礼門) que es la entrada principal del castillo y el Tamaudum (玉陵), donde se encuentra las tumbas de la realeza. Además, en diferentes puntos de Okinawa se pueden encontrar ruinas de otros castillos del Reino de Ryukyu, todos declarados por la UNESCO como patrimonio de la humanidad.
Durante la segunda guerra mundial, ocurrió una de las batallas que marcó para siempre la historia de Japón y sobre todo de Okinawa, destruyendo gran parte del legado cultural y tomando la vida de alrededor de 200,000 personas entre civiles japoneses y militares. En el extremo sur de la isla, se encuentra este Museo Memorial de la Paz, que versa sobre la guerra y la reconstrucción de Okinawa después de ella.
Existe una gran variedad de delicias culinarias okinawenses, entre ellas: el Goya Champuru (ゴーヤチャンプルー), un sofrito de Goya con tofu, huevos y puerco. Un plato infaltable también es el Okinawa Soba (沖縄そば), una sopa en base a cebolla china, kamaboko y kion rojo. Esta región también posee su propia bebida alcohólica, el Awamori (泡盛), que es un destilado de arroz con un grado de entre 30 y 40% de grado alcohólico y nativo de estas islas.
Okinawa está rodeada de bellísimas playas y una gran variedad de corales, que la convierten en el lugar perfecto para hacer submarinismo (スキューバダイビング) o buceo sin equipo (シュノーケリング). Podemos encontrar una gran diversidad de animales, desde pequeños peces multicolores, tiburones, manta rayas y tortugas marinas. Además, existe una gran cantidad de escuelas de buceo, en las cuales se puede hacer, ya sea un curso para obtener una licencia, cursos introductorios para probar si es que nos gusta el buceo o fun diving (buceo divertido) para aquellos que ya poseen una licencia.
Ya sea para personas con cierto nivel o completos principiantes, Okinawa cuenta con varias playas en las cuales hacer surf. Una actividad que requiere algo de práctica, pero para aquellos que buscan salir completamente de lo cotidiano y probar cosas nuevas, esto es lo que estás buscando: sol, playas, olas y los surfers locales siempre amigables. Además del surf, también podemos encontrar instructores de paddleboard (surf de remo) y flyboard (lo más cercano a convertirse en Ironman, es un tablero que permite la elevación en el aire, gracias a dos chorros de agua).
Estas son solamente algunas de las actividades y lugares a visitar; pero, existe mucho más que ver, hacer y aprender acerca de esta isla. Para aquellos que residen y planean morar por largo tiempo en Japón, y para aquellos que solo están de paso, este grupo de islas es una experiencia única e inolvidable que no se pueden perder.
Por: Augusto J. Oshiro Pinedo