Japón es un lugar plagado de leyendas con matices de misterio, algunas incluso llegan a traspasar las fronteras llegando hasta países del otro lado del mundo, pero en ocasiones estas historias llegan algo distorsionadas o sin muchos detalles (quizás por la barrera del idioma), siendo una de ellas la leyenda urbana de «Inunaki mura» o «pueblo Inunaki».
Esta leyenda urbana es curiosa debido a que abre un abanico con otras leyendas urbanas, algunas reflejan el miedo colectivo tradicional y posiblemente con el tiempo, aparezcan más leyendas adaptándose a la época. Según dicha leyenda, en Japón existe un pueblo oculto y alejado de la civilización moderna llamado «Inunaki «. Se dice que es un lugar donde residen personas las cuales viven fuera del marco de las leyes de Japón e incluso de las leyes morales, donde la delincuencia es frecuente y reina la ley del más fuerte. Los rumores narran que existe un largo túnel que conecta con este lugar, donde el número de accidentes es muy elevado debido a que es muy estrecho, tejiéndose así otro rumor sobre fantasmas y de que quienes entran a ese túnel, nunca consiguen salir. Hasta aquí la leyenda que se suele escuchar en el extranjero, pero estando en Japón, la historia cambia.
Para comenzar con buen pie podemos decir que todo apunta a que ese pueblo existió (o quizás aún existe), es un lugar borrado del mapa que según siguiendo la leyenda urbana, estaría ubicado en la prefectura de Fukuoka. El nombre «Inunaki» existe y la leyenda de ese nombre habla de un cazador que salió con su perro fiel a cazar pero al llegar a ese lugar, el perro no dejaba de aullar. El cazador enfurecido, le pegó un tiro para darle sentencia a su perro y así hacerlo callar, pero para su sorpresa, una extraña y enorme criatura con aspecto de dragón (algo muy común en las leyendas antiguas) intentó atacarlo pero pudo escapar. Los ladridos del perro eran para avisar al cazador de dicho peligro y el hombre en su gran remordimiento tras darse cuenta, decidió ponerle a ese lugar el nombre de «Inunaki» que traducido al español significa algo como «aullido de perro» en memoria a su mascota.
Otras versiones dicen que eran dos perros de caza y una gigante serpiente la que salió al encuentro del cazador quien resultaría herido.Otra leyenda cuenta que en dicho pueblo hubo una persona que cometió un crimen y después incendió el pueblo, haciendo de este lugar una zona inhabitable. Otras historias dicen que ahí hubo un hospital para enfermos mentales y tras la desintegración de su sistema social, estas personas con problemas mentales tomaron el pueblo.
Quizás lo más escalofriante del tema es que dicho túnel también existe y por alguna razón está cerrado por ambos lados con grandes bloques de piedra. Los lugareños dicen que justo encima del túnel se encuentra tal pueblo pero para acceder a ese lugar, los caminos han sido cerrados. A las cercanías del túnel en los bajos, hay restos de construcciones abandonadas y según los rumores urbanos y supersticiones, no debe irse en grupo ni en un vehículo de color blanco. También cuentan que al llegar al límite del pueblo, alguien sale a recibirte de forma amenazante para que te alejes de dicho lugar. El acceso ahí para los curiosos es casi imposible y las autoridades lo ven como un rumor urbano más, pero lo cierto es que en aquel lugar tuvo que ocurrir algo de gran magnitud como para cerrar todo acceso y que dicha leyenda urbana se expanda a tal escala.
Independientemente de la leyenda urbana, de si es real o no; lo más curioso es que quienes conocen parte de la cultura del Japón medieval (de los Samurái), caerán en cuenta que podría tener cierto sentido si repasamos la época de los «Burakumin», aquellos japoneses que eran considerados no deseados por la sociedad debido a crímenes cometidos por ellos o sus ancestros, o por realizar labores en contacto con la sangre. Los samurái desterrados y los prisioneros de guerra también entraban en dicha lista y se sabe que Fukuoka era uno de los lugares de gran concentración de estos grupos sociales viviendo al margen de la sociedad y quizás, este sea el origen de dicha leyenda urbana o quizás, aún sigan viviendo en silencio sus nuevas generaciones.