Madres extranjeras en Japón

Hace poco leía una noticia, con estos días de descanso obligatorio en Japón, sobre madres que al igual que muchas de nosotras, están criando hijos en países extranjeros sintiendo que la falta de conocimiento es la base de sus problemas que en ocasiones pueden convertirse en situaciones muy tristes.

Hasta ante de leer dicho artículo yo pensaba que la barrera idiomática era el mayor problema para nosotras las madres pero me sorprendió saber que la diferencia cultural, histórica y religiosa también pueden levantar muros dificultando nuestro desarrollo y la crianza de los hijos, porque aunque no lo queramos, la sociedad en la que vivimos influirá en la crianza y formación de nuestros hijos que mientras estén chicos talvez podemos controlar pero que empezará a ser un problema cuando ellos empiecen a comparar su vida cotidiana con la de sus amigos.

No siempre fue fácil afrontar ese sentimiento de soledad en la maternidad en momentos como cuando al ir a la escuela ver que las madres japonesas no nos hablan, pero nos miran y comentan entre ellas madres, creo que a todas nos ha pasado en algún momento.

Y es que las mujeres latinas que desempeñamos nuestro papel de madre en Japón, no sólo nos a barreras de idioma, cultura, religión, etc.; sino también a los problemas emocionales y de adaptación que no nos permite desempeñarnos libremente en esta sociedad. Creo que estar casadas con japonés o con latino, no cambia la situación pues debemos enfrentar los mismos desafíos y aunque el camino no es fácil, por amor a nuestros hijos seguiremos.

No ha sido fácil criar a mis hijos, tanto ellos como yo hemos tenido que adaptarnos. Recuerdo que en la adolescencia les costaba decir que su mamá era extranjera, lo decían entre labios y como con vergüenza, pero ahora que ya son jóvenes decir que su madre es extranjera representa para ellos marcar una buena diferencia, se sienten orgullosos.

Todas las mujeres que hemos vivido estas experiencias y hemos salido adelante, estamos dando lo mejor de nosotras para formar hombres y mujeres de bien que también tendrán un pedazo de nuestra tierra en sus corazones y serán testigos de los sacrificios que nosotras hicimos.

A las mujeres de nuestra comunidad que iniciarán la aventura de ser madres o que aún tienen sus hijos pequeños, les recomiendo tratar de aprender el idioma, eso las ayudará a crecer y no sentirse frustradas. Procuren conocer la cultura y tradiciones de este país para que puedan ayudar a sus hijos durante la época escolar. En la web de Revista Latin-a (www.latin-a.org) y otras páginas podrán encontrar información que de seguro les será de mucha utilidad, prepárese.

Actualmente hay mucha información, algo que no existía a inicios de los 90 cuando los latinos empezamos a llegar a estas tierras, época en la que muchas de nosotras tuvieron que empezar de cero y sin ayuda alguna. Ahora existe la ayuda de diferentes organizaciones y entidades, y también estamos nosotras las que ya hemos pasado por la experiencia de criar a nuestros hijos en este país y podemos compartir nuestras experiencias para ayudar como lo tratamos de hacer mediante esta columna.

Debemos aprender el idioma, la cultura y costumbres de Japón, es importante hacerlo porque nos abrirá puertas de superación, tratemos de ganarnos un lugar en esta sociedad y enseñarles a nuestros hijos que nada es imposible.

 

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