En todas las relaciones la ternura es importante, pero en la relación de pareja cuando no se pone en práctica, el amor peligra.
¿Qué es la ternura?
Es una manifestación de la afectividad. A través de ella la relación afectiva se torna llena de cariño hacía la otra persona. Pero para mostrarla se necesita de serenidad, de paz con uno mismo. La ternura muestra la excelencia de quién la practica sintiéndose feliz por esta donación de sentimientos que hacen sentir al otro feliz, amado, cuidado y respetado porque en el amor auténtico hay ternura. Concretamente la ternura es dar cariño con calidad, el compromiso de donación y afecto, que busca la alegría del otro a través de pequeños detalles de la vida diaria.
¿Cómo se manifiesta?
La ternura se manifiesta de una comprensión exquisita y fina que va directamente a la intimidad, con el deseo de recrearse agradando a esa otra persona. En el plano sexual es corporal, en el plano afectivo busca los sentimientos más nobles: dulzura, amabilidad, cortesía, humanidad, es hacerle sentir al otro lo que tiene de bueno.
La TERNURA siempre esta dentro de nosotros y hay momentos en la vida en que tenemos mayor necesidad de ella como cuando estamos solos en un país desconocido, como en nuestro caso que vivimos en Japón, con gente desconocida y que no entiende este sentimiento porque está “mareada” con sus propios triunfos y ocupaciones. Pero lo rescatable de todo esto es que en las frustraciones y en la soledad el ser humano parece como si se curará de esa soberbia y volviera a ser benévolo con el otro, buscándole enternecido y aprendiendo a serlo.
Como dije al principio de estas líneas, en la relación de pareja la ternura es decisiva. Cuando escasea, ese amor peligra y caé en la peor enfermedad: la Rutina. En la rutina se mueve la apatía, el abandono, la dejadez, la despreocupación por mejorar el trato.
¿Qué hacer?
Las emociones como el amor, el miedo, el coraje tienen su base a nivel neurológico en el sistema límbico. Para manejarlas y expresarlas de manera adecuada hay que estar conscientes, hay que darnos cuenta de lo que nos pasa. La consciencia hace que la corteza cerebral procese las emociones adecuadamente y nos permita ejercer cierto grado de control, no para reprimir, sino para cambiar y aprender que el otro quiere lo mismo que nosotros y que un buen paso para volver a recrearnos en el otro es precisamente la ternura compartida.
La tarea de hoy para ti es empezar a darte ternura a ti mismo, a cuidarte más y a confiar más en ti diciendo: “Yo confió en ti”, “yo te amo”, “yo vivo en gratitud” “fluyo con gran facilidad” “estoy donde tengo que estar” “hoy digo que sí a la vida” “creo en ti” “mi paz y tu paz ante todo” “Dios es mi guía” “soy suficiente” “confió en mi proceso” “vivo en abundancia” “soy único e irrepetible”, y ante todo confía y practica en ti la ternura para después darla a los demás.
Escrito por Irma Arauz