Dentro de las vastas obras culturales icónicas de Japón hay una que quizás sea la más reconocida a nivel internacional. «La gran ola de Kanagawa», o también denominada “La Gran Ola”, no deja de asombrar y maravillar a personas de cualquier edad, estando más vigente que nunca por lo impactante de su mensaje.
«La gran ola de Kanagawa” muestra una ola gigante a punto de chocar con tres botes pesqueros y sus tripulaciones. En el horizonte se ve el Monte Fuji, el pico más alto de Japón, pero empequeñecido por la ola colosal.
Esta pieza artística fue creada entre 1830 y 1833 por el artista Katsushika Hokusai, quien tenía alrededor de 70 años cuando la hizo, y forma parte de la colección: «Treinta y seis visiones del Monte Fuji», una serie de paisajes, y fue hecha en un grabado de madera con colores.
«El artista es Hokusai, el más famoso y más grande maestro del ukiyo-e, o grabado japonés. Esta técnica artística consiste en imprimir en bloques de madera la escena que se quiere representar, y tuvo un auge muy importante entre el siglo XVII y XIX en Japón», señala el sitio especializado en arte: arteselecto.es
Resulta increíble la trascendencia e impacto de esta obra, a pesar de haber sido retratados en escasos 25,7 por 37,8 centímetros. Desde reconocidos pintores como Vicent Van Gogh, James McNeill Whistler y Gustave Courbet; hasta artistas plásticos y compositores como Camille Claude y Claude Debussy, respectivamente. Son cientos los artistas que se han visto influenciados por Hokusai y su “Gran Ola”
Pero ¿cuál es el significado de «La gran ola de Kanagawa» y por qué de su vigencia actual?
Como cualquier otra obra artística, queda abierta la interpretación personal y subjetiva de cada uno hacia «La gran ola de Kanagawa». Lo que sí podemos intuir es que Hokusai trataba de representar de alguna manera, más allá de la grandeza de la naturaleza, la inquietud que en esos días podía sentir el pueblo llano ante los cambios políticos y sociales que estaban por ocurrir a finales del período Edo con la transición hacia el comienzo del período imperial.
«Es una imagen de Japón que refleja cómo el mar, aquel elemento natural que les protegió y aisló del resto del mundo durante siglos, podía remecerla y llegar a cambiar el status quo de su estructura social, económica y política», señala James Payne, editor del canal de YouTube ‘Great Art Explained’ en un interesante documental dedicado a la “Gran Ola”.
Quizás esta interpretación de Payne sea la que comparten muchos y explicaría la trascendencia atemporal de esta obra pictórica. Las sociedades, y la humanidad en general, constantemente están al acecho de eventos que la transforman y remecen, como lo hacen las olas gigantes con los botes pesqueros y sus tripulaciones dentro de esta obra de arte.
Bien podríamos decir que ‘La gran ola de Kanagawa’ remite a aquella frase tan repetida que asegura que «todo lo sólido se desvanece en el aire», pues como comprobamos hace un año con la pandemia, aunque pensemos que tenemos el control de todo lo que ocurre y nos sintamos amos y señores del pedazo de tierra que habitamos, en una décima de segundo todo lo que parecía fijo, constante y permanente se desintegra, dejándonos desnudos y abatidos al pie de la costa bajo el monte Fuji, ese monumento natural cuyas cumbres, por mucho que pasen los siglos y a diferencia de nosotros, seguirán siempre blancas y sólidas.
Que la obra de Hokusai nos recuerde siempre la importancia de estar alerta hacia los cambio intempestivos y enfocados en adaptarnos para salir siempre adelante.
Por: Adrián Marcos García Comunicador Audiovisual de la Pontificia Universidad Católica del Perú E-mail: amarcos1771@gmail.com