Kamishibai: El arte japonés de contar historias con talento artístico

En un mundo donde la tecnología domina nuestras formas de comunicación y entretenimiento, el kamishibai emerge como un puente entre lo tradicional y lo contemporáneo. Este antiguo arte japonés de narración oral acompañado por ilustraciones ha encantado a generaciones, y hoy vive una renovada popularidad tanto en escuelas como en espacios culturales alrededor del mundo.

¿Qué es el kamishibai?

La palabra kamishibai (紙芝居) significa literalmente “drama de papel”. Se trata de una forma de contar historias mediante láminas ilustradas que se insertan en un pequeño teatro de madera, llamado butai. El narrador —llamado kamishibaishi— va retirando las láminas una por una mientras relata los hechos, sincronizando su voz con el movimiento visual para captar la atención del público.

Cada lámina muestra una escena, mientras que el texto de la historia está escrito en la parte trasera para que solo el narrador lo vea. Esta dualidad permite una experiencia dinámica, casi teatral, que apela tanto a la vista como al oído.

Orígenes y evolución

Aunque sus raíces se remontan al siglo XII con los emaki (rollos ilustrados narrativos), el kamishibai como se conoce hoy floreció en los años 30 del siglo XX en Japón. En una época marcada por la recesión económica, narradores ambulantes recorrían pueblos y barrios en bicicleta con sus teatros portátiles. Se detenían en las esquinas, hacían sonar unas tablitas de madera (hyoshigi) para atraer al público, y comenzaban su función.

Los niños se reunían con entusiasmo, no solo por las historias, sino también porque al comprar dulces al narrador, podían asegurarse un buen lugar. Así, el kamishibai se convirtió en una combinación de espectáculo, sustento económico y encuentro comunitario.

Con la llegada de la televisión en los años 50, el kamishibai decayó drásticamente, pero no desapareció. Hoy en día, ha resurgido como una herramienta educativa, artística y social.

Un recurso vivo en la educación y la cultura

En el ámbito educativo, el kamishibai ofrece múltiples beneficios. Favorece la escucha activa, mejora la comprensión lectora, estimula la imaginación y fomenta la participación. Se utiliza para enseñar valores, idiomas, historia o incluso ciencias.

Además, es inclusivo: permite la interacción entre personas de distintas edades, culturas y niveles de alfabetización. En bibliotecas, hospitales o espacios comunitarios, se convierte en un medio accesible para conectar con las emociones y fortalecer vínculos.

El kamishibai también se ha expandido más allá de Japón. En países como España, México, Argentina, Francia o Canadá, artistas, docentes y cuentacuentos lo han adoptado y adaptado a sus contextos, muchas veces incorporando historias locales o temas contemporáneos.

El papel del kamishibaishi

El kamishibaishi no es solo un lector, sino un intérprete. Su voz da vida a los personajes, sus pausas generan suspenso, y sus gestos acompañan la emoción del relato. El ritmo es esencial: cuándo mostrar la imagen, cuándo girar la cabeza hacia el público, cuándo generar una risa o un silencio.

Cada narrador desarrolla su estilo personal, lo que convierte cada función en un acto irrepetible. Algunos incluso combinan el kamishibai con música en vivo, marionetas u otras artes escénicas.

Palabras de un Kamishibaishi

Suzu Suzuki, quien lleva más de 25 años en el camino de kamishibai, recuerda sus inicios: “Yo creaba historias como medio artístico, pero un día pensé lo genial que sería poder expresarlo en vivo y así llegué al Kamishibai, como un arte escénico por excelencia. Aunque al inicio me daba vergüenza hablar en público, con el paso del tiempo me fui soltando”.

También contó acerca de su maestro. “Decidí pasarme a las actuaciones callejeras de Kamishibai después de conocer al talentoso artista de kamishibai Kasei Umeda. Su forma de interpretar el kamishibai era increíble. Era un genio con un dialecto Edo impresionante, una capacidad actoral increíble y una gran adaptación, lo admiraba profundamente. Mi motivación es poder hacer los shows como lo hacía él”, acotó.

Para quienes tengan interés de poder ver una presentación de Suzuki, se les pide estar atentos en la página Web de “Shitamachi Museum” y “Showa-kan”, lugares donde acude mensualmente a entretener al público presente.

Por Tadaaki Ito