A partir de este 1 de julio de 2025, la Policía Nacional de Japón permite que los intérpretes apoyen por teléfono o de forma remota en los interrogatorios a sospechosos extranjeros, ante la dificultad de garantizar su presencia física en todas las dependencias.
El cambio llega en un contexto de aumento de delitos que involucran a ciudadanos foráneos: en 2024 se registraron más de 12.000 arrestos de extranjeros, la cifra más alta en 15 años. En el ejercicio fiscal 2023, la policía contrató intérpretes externos en unas 66.000 ocasiones, un 70% más que hace una década.
Actualmente hay unos 4.200 agentes con dominio de idiomas y unos 9.600 intérpretes civiles registrados, pero la diversidad de lenguas y la dispersión geográfica han llevado a la policía a adoptar esta medida.
La iniciativa busca acelerar los procedimientos y reducir costos que alcanzaron los 42 millones de yenes el año pasado, aunque expertos advierten que la interpretación remota puede generar errores de traducción y afectar los derechos de los sospechosos. Un caso reciente en la prefectura de Mie demostró cómo una mala traducción derivó en la absolución de una mujer filipina acusada erróneamente.