En el templo Ikegami Honmon-ji de Tokio, se lleva a cabo el festival Ikegami Honmonji O-Eshiki del 11 al 13 de octubre, un gran evento que tiene como principal objetivo celebrar el aniversario de la muerte del gran sacerdote Nichiren.
Nichiren (1222-1282), fue el sacerdote que estableció la forma de practicar el budismo, este hombre es una figura única en la historia social y religiosa japonesa. Reconocido por ser una persona de gran calidez humana, preocupado siempre por el bienestar de la gente fue lo que lo convirtió en un implacable opositor de las, a menudo corruptas y opresivas, estructuras sociales de su época.
En una sociedad feudal basada en la obediencia a la autoridad, la vida de Nichiren estuvo caracterizada por las dificultades y la persecución. Su vida estaba dedicada a la difusión de una enseñanza que podría liberar a las personas de sus sufrimientos individuales y crear las condiciones para una sociedad basada en el respeto, la dignidad y la igualdad. Esta misma aspiración inspira en la actualidad a miles de personas alrededor del mundo.
Nichiren nació en una pequeña aldea costera en el seno de una familia dedicada a la pesca. Esta ocupación, estaba considerada como parte del estrato social más bajo, según la estricta jerarquía social del Japón del siglo XIII. A los doce años comenzó sus estudios en un templo local llamado Seicho-ji y entró formalmente en el sacerdocio a la edad de dieciséis. Nichiren se sintió conmovido por la difícil situación de la gente común, esta constante preocupación por el sufrimiento humano suponía una intensa fuerza de motivación en sus esfuerzos para captar el corazón de la doctrina budista.
«La vida es el más preciado de todos los tesoros. Un solo día extra de vida vale más que diez millones de ríos de oro”.
Por: Abby Hymura
Licenciada en Ciencias de la Comunicación
E-mail: lola_ligabay@hotmail.com