En frente de la estación de Shibuya, Tokio, se encuentra chuken Hachiko (Hachiko, el fiel), la estatua de un perro llamado Hachi que existió en la vida real. Actualmente, la estatua es famosísima como lugar de reunión.
Hachi nació en noviembre de 1923 en la prefectura de Akita. Unos 50 días después de su nacimiento el perro fue traslado en tren a la casa de Hidesaburo Ueno ubicada en Tokio. Ueno, era profesor de la Facultad de Agricultura de la Universidad Imperial de Tokio, actual Universidad de Tokio.
Hachi acompañaba todos los días a su amo hasta la estación de Shibuya quien se iba a trabajar a la universidad. A la hora que el profesor regresaba a la estación de Shibuya, Hachi lo esperaba allí y se acercaba al verlo entre otros muchos pasajeros. Esto se convirtió en su rutina diaria.
Sin embargo, esta rutina terminó repentinamente después de un año y cuatro meses. El 21 de mayo de 1925, el profesor Ueno y Hachi fueron juntos hasta la puerta de la Facultad, en la noche el perro fue a recogerlo a dicha puerta, pero su dueño no apareció a pesar de que lo esperó varias horas, por lo que decidió dirigirse a la estación de Shibuya pero su dueño tampoco apareció allí, debido a que ese día el profesor quien para ese entonces tenía 53 años de edad, falleció de una hemorragia interna mientras se encontraba en la universidad.
Hachi no comió nada durante los primeros tres días desde el triste acontecimiento, pero no dejó de ir a la estación. Aunque dicen que después de la muerte de su dueño Hachi comenzó a vivir en algunos lugares un poco alejados de la estación cambiando a veces de dueño, siguió yendo todos los días a la estación a las nueve de la mañana y a las cuatro de la tarde incluso aunque lloviera o nevara.
Algunos vecinos y pasajeros de la estación le daban comida y agua, aunque algunas personas lo maltrataban. El perro continuo con esta rutina durante siete años lo cual llamó la atención de un periodista quien publicó su historia en un periódico. Poco después de la publicación, personas de todo Japón comenzaron a visitar la estación de Shibuya para ver a Hachi. Además, la historia de Hachi fue incluida en un libro de texto de la escuela primaria y en algunas películas. Por aquella época la gente comenzó a llamarlo Hachiko para demostrar la admiración que le tenían, pues el «ko» era un título honorífico.
En 1934 unos voluntarios hicieron la estatua de Hachiko y se instaló cerca del lugar donde siempre esperaba a su querido dueño, el Prof. Ueno. La ceremonia de inauguración se llevó a cabo un 21 de abril y Hachi también participó en ella. Lamentablemente, la estatua de Hachi que se puede ver hoy en día es la segunda pues la primera fue fundida durante la Segunda Guerra Mundial para suministrar recursos metálicos.
Los días de espera en la estación durante unos 10 años llegaron a su fin el 8 de marzo del 1935 cuando encontraron a Hachi muerto cerca de un puente, lugar donde no solía acudir. Después de un grandioso funeral, enterraron sus huesos en el cementerio donde descansan los restos del profesor Ueno y erigieron un monumento del perro junto a la tumba del profesor.