Haciendo un poco de homenaje a estas fechas de Obon, como ya sabemos, en Japón es tradición narrar relatos de terror y esta es una oportunidad para tocar el tema del terror japonés.
Quienes en algún momento hayan visto una película de terror japonés, habrán notado que la forma de mostrar el terror en pantalla es algo diferente al de Occidente y que pese a la simplicidad en que son creados sus personajes de terror, igualmente terminan por inspirar miedo (e incluso se podría decir que hasta más). Posiblemente ese sea el secreto, pues cala más en el cerebro del espectador ya que recurren a aquellos miedos y traumas infantiles que aún muchos guardamos dentro. Estos relatos se enfocan más en los miedos psicológicos usando un argumento casi en común en donde no aparecen «monstruos alucinantes » ni «seres de otros mundos», sencillamente se enfocan en apariciones fantasmales (es decir, seres fallecidos) con el clásico objetivo de venganza o porque tuvieron una muerte trágica y exigen la tradicional ceremonia japonesa (sōshiki 葬式) para poder estar en paz. Otros factores curiosos son que, en su mayoría, estos fantasmas son del sexo femenino, muestran una larga cabellera, una vestimenta blanca y sobre todo, suelen asociarlo con el agua; y la pregunta es ¿por qué este estereotipo y de dónde surge?
Muchas de estas películas de terror son basadas en leyendas urbanas y cuentos o relatos antiguos, cuando en ese entonces no existía la influencia del miedo Occidental (extraños monstruos y demás) centrándose por ello en lo más popular, lo más simple y desconocido para su época: los fantasmas.
Este estereotipo del fantasma o «yuurei» 幽霊 más popular en Japón, tiene muchos orígenes y quizás, el más convincente es la versión que parte del rito fúnebre tradicional en Japón, donde se viste al difunto con un tipo de kimono blanco para purificar su alma antes de cremar el cuerpo y como es de esperarse, este está doblado de forma contraria (el lado derecho sobre el izquierdo) como es tradición hacerlo con los difuntos.
La mujer está muy presente en sus historias de terror y según se comenta, esto podría tratarse a que el sexo femenino canaliza con más profundidad los sentimientos, en este caso se enfoca más en lo negativo que sería «la venganza». El factor del cabello también es importante , pues se dice que aún después de fallecer, el cabello sigue creciendo y aquí también notamos que para este papel, una mujer es perfecto, sobre todo para poder ocultar el rostro tras la larga cabellera.
El agua suele estar también asociado con estas apariciones (según el terror nipón), al parecer esto proviene de leyendas urbanas muy antiguas donde decían que, en las orillas de los ríos, se aparecían los fantasmas. También hay una teoría muy curiosa que está basada en algo posiblemente cierto, y es que, según el folclore japonés, el agua es indispensable no solo para los seres vivos, sino también para los difuntos. Como sabemos , la vida depende mucho del agua , mientras que según dicen, desde el «más allá» aprovechan la energía del agua para poder interactuar con el mundo terrenal , llámese agua a cualquier ocasión como la lluvia , el río e incluso «dentro del ofuro» y como un pequeño dato extra, en algunos lugares de Occidente , aquellas personas que dedican su tiempo al estudio de estos fenómenos , dicen que vivir bajo fluidos de agua atrae a espíritus que al parecer, los historiadores nipones lo sabían.
En Tokyo, existe un templo llamado Zenshoan 全生庵, este lugar posee una galería con una colección muy variada de pinturas sobre los fantasmas japoneses que sirvieron de inspiración a estas historias de terror durante el periodo Edo (1603 -1868) en donde se pueden apreciar con más entendimiento, aquella semilla del terror japonés. Según fuentes de internet, esta galería abre solo en el mes de agosto, en las fechas de Obon.
Leyendas, historias y misterio, lo cierto es que el terror al estilo japonés nos causa un miedo distinto residiendo en Japón, no solo por sus argumentos en sí, sino también porque van de la mano con la cultura, supersticiones y algunas tradiciones que desconocemos y solemos ver de vez en cuando en algunos rincones de Japón, haciéndonos así recordar aquellas escenas escalofriantes que alguna vez nos mostraron en pantalla.
Por: Luis Guillermo Shimabukuro