Hacer turismo dentro de Japón, suele ser divertido cuando conocemos un poco de su historia, pero es más divertido cuando también conocemos aquellos curiosos relatos que se cuentan quizás muy poco ya que algunos carecen de importancia histórica. Otros son tomados como fragmentos anecdóticos o simplemente lo desconocemos porque estos datos se encuentran muy adentro de los libros históricos, como escondido entre hojas y que la ocasión o el mismo transcurrir del tiempo, los convierten en datos interesantes.
Las ciudades de Kioto y Tokio, para los extranjeros que desconocen la historia de ambos lugares, al oír sus nombres suelen notar que su escritura en romaji pareciera que fuese la misma palabra escrita a la inversa, incluso para quienes consiguen leer algo de kanji a vista, tienden a confundir sus nombres por el parecido (東京 /京都) lo que quizás les llegue a sonar como algo curioso o simple casualidad, pero no lo es.
Normalmente se conoce a la ciudad de Tokio como la capital de Japón, no obstante el título de «capital” aún no está registrado, siendo la ciudad de Kioto la capital; es decir que se podría concluir que existen dos capitales, de hecho, el nombre de Kioto significa «ciudad capital”, mientras que Tokio significa «capital del este”. La historia nos narra que entre los años 794 y 1868, Kioto era considerada la capital de Japón ya que era donde residía el emperador y parte de la administración. Posteriormente en 1868 el emperador se trasladó a Tokio (lugar que antes se llamaba «Edo”) y quedó considerada como capital, aunque la historia cuenta que el emperador, nunca declaró de forma legal que la ahora llamada ciudad de Tokio, sería la nueva capital.
Dejando ahora un poco la historia, hay unos relatos interesantes que giran en torno a Kioto. Como sabemos, la ciudad de Kioto mantiene aún mucho de la cultura japonesa intacta, es un lugar que ha conservado muchas de sus estructuras antiguas como son los templos budistas, lo cual no es casualidad, pues según cuentan durante la segunda guerra mundial (1939 – 1945) las fuerzas aéreas estadounidenses tenían la orden de no bombardear esta ciudad debido a su gran patrimonio cultural ya que al parecer, se cuenta que un oficial de alto mando encargado de esta operación militar, estuvo en Kioto en su luna de miel y quedó impactado por la belleza de la ciudad, es por ello que dicho lugar sobrevivió al ataque; incluso era el objetivo para dejar caer la ya conocida bomba nuclear, siendo descartada posteriormente. También se podría apelar que dentro de la ciudad de Kioto, al existir templos históricos provenientes de China, la destrucción de su ciudad podría «borrar” parte de la historia y resultaría en parte prejudicial a China.
En la ciudad de Kioto hay un gran templo budista muy antiguo, incluso se estableció antes de que Kioto fuese la capital y se le conoce con el nombre de Kiyomizu dera (清水寺). Debido al tiempo y recorrido histórico, este templo ha sido restaurado varias veces por algunos incendios que atravesó. Su salón principal está ubicado en lo alto de una colina, apoyado sobre varios pilares y es aquí donde nace un peculiar dato. Dentro de la cultura japonesa existe una frase que dice «Kiyomizu no butai kara tobioriru” (清水の舞台から飛び降りる) que literalmente significa: «Saltar desde el escenario del templo Kiyomizu”, una frase aparentemente sin sentido pero que significa tomar la gran decisión de dar el primer paso. Esta frase se basa a una antigua práctica supersticiosa desde la era Edo. Se dice que quien era capaz de lanzarse desde el salón principal (butai) y sobrevivir a la caída (estaríamos hablando de unos 13 metros aproximadamente), sería capaz de todo y se le concedería un deseo y aunque suene a locura, hubieron personas que lo hacían; a esta práctica sobrevivieron un 85%, el resto… es historia. Quizás algo de esta creencia se base a que bajo este lugar se encuentra la cascada de Otowa, la cual se dice que concede deseos. La tradición o práctica de lanzarse desde el salón actualmente se ha prohibido y para bien.
En la actualidad, Kioto sigue manteniendo la magia del pasado y siendo un lugar perfecto para ver espectáculos tradicionales. También es concurrido por cineastas y productores de televisión ya que su paisaje es propicio para realizar algunas escenas. Si buscamos algún lugar para ir de compras y llevarnos algunos recuerdos de Japón, Kioto es sin duda uno de ellos.
Por: Luis Guillermo Shimabukuro