¿Como ha afectado la inflación a la alimentación de hogares japoneses?

La ama de casa japonesa Kirina Mochizuki siempre ha considerado el okonomiyaki, una especie de panqueque salado, como la comida reconfortante por excelencia: simple, satisfactoria y económica.

Sin embargo, hoy en día le resulta difícil preparar este platillo, muy popular entre los habitantes de Hiroshima como ella. Con el precio del repollo —un ingrediente clave— triplicándose recientemente, Mochizuki hace viajes diarios al supermercado en busca de productos con descuento o recurre al uso de algas secas como alternativa.

“Nunca imaginé que el okonomiyaki se convertiría en un manjar”, dijo esta madre de dos hijos, agregando que incluso ha comenzado a replantar puerros en un vaso con agua utilizando la base de la raíz, que normalmente se desecha.

Con la inflación afianzándose en Japón tras una generación de precios estancados, muchos consumidores enfrentan dificultades similares y buscan soluciones creativas para mitigar el impacto. Datos publicados el viernes 31 de enero, mostraron que el precio promedio del repollo se triplicó ese mes en la capital, Tokio, en comparación con el año pasado.

El Banco de Japón subió las tasas de interés al nivel más alto en 17 años en enero, citando confianza en el panorama salarial. Sin embargo, los salarios ajustados a la inflación han caído en 29 de los últimos 32 meses, mientras que el coeficiente de Engel —el porcentaje del gasto familiar destinado a la alimentación— alcanzó su nivel más alto en cuatro décadas el año pasado.

El precio de una cabeza de repollo llegando a 1,000 yenes (6.43 dólares) en Tokio —aproximadamente el equivalente al ingreso de una hora de trabajo — ya había sido noticia antes de los datos publicados el mismo día. Además, el banco central señaló una semana antes que el arroz probablemente se mantendrá caro hasta la primavera de 2026. Los precios mayoristas del arroz aumentaron un 60 % en diciembre en comparación con el mismo período del año anterior.

A medida que los precios de los productos agrícolas han subido, los japoneses también han reducido su consumo. La ingesta promedio de verduras entre los adultos japoneses cayó a un mínimo histórico en noviembre 2024, según los datos gubernamentales más recientes.

“Un aumento de 10 yenes en los productos de uso diario puede parecer pequeño, pero al final se acumula”, comentó Mochizuki, señalando que ya había recortado todo lo posible en otros gastos.

Preocupado por el impacto de la inflación en la opinión pública, el gobierno introdujo estímulos económicos que incluyen pagos en efectivo para los hogares de bajos ingresos.

En busca de soluciones alternativas, muchas personas investigan la posibilidad de crecer sus propias verduras en sus apartamentos utilizando macetas de agua sin tierra. Entre otras fuentes utilizan guías de Youtube, donde creadores de contenido enseñan sus resultados en cultivar diversos vegetales como hojas de shiso, cebollas y rábano daikon.

Fuentes: Asahi Shimbun
Por Sebastian Burbano

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