“Tenemos de casados 3 años y en un principio “hablabamos” mucho y por teléfono nos demorabamos más de una hora, me escuchaba con mucha paciencia y nunca hacía mala cara ni quería darme soluciones. En cambio, ahora parezco un gato a la hora de caminar, pienso para hablar y me siento tan mal de no poder expresar lo que siento porque mi marido ¡Ya no habla! ¿Qué es lo que le pasa?
Últimamente cuando hablo parece que se enoja y eso me deprime mucho, no quiero volver a mi país tan pronto sin haber luchado por mi matrimonio. Él es bueno y trabajador pero no habla y ese es mi mayor problema”.
Cuando una mujer habla, es normal que el hombre no sepa que se requiere de él. Le resulta difícil escuchar porque no sabe que se espera de él o qué está diciendo ella en “su” idioma. Pero si él no aprende a escuchar sin tomarselo a manera personal, lo más probable es que se sienta criticado segun su idioma “masculino”. El problema es que un hombre en su vida afectiva es más vulnerable y le duele más, por eso su defensa es cerrarse y no escuchar, porque cree que le están reclamando algo que él no puede solucionar.
Desde la antigüedad las mujeres damos lo que queremos recibir y lo que funcionaría con otra mujer, no funciona con su esposo. Cree equivocadamente que haciéndole preguntas de cómo le fue en el día, él va a estar preparado para escucharla, pero eso no sirve.
Los tiempos han cambiado y ningún hombre por inteligente y bien intencionado que sea, va a poder satisfacer a su pareja si no sabe lo que ella quiere. Si ella empieza a hablar él actuará como “todo un hombre”, empezará a darle soluciones y si ella le responde “es que no me entiendes” él se dirá si no entiendo para que me pregunta y se callará. Lo peor que podemos hacer las mujeres es decir: “no entiendes” “no me escuchas”. Los hombres no se dan cuenta de que una mujer emocionalmente molesta no está exigiendo sumisión por parte de ellos, sólo quiere ser “considerada y escuchada”.
Hay una estrategia que podría servirte y es que cuando quieras que él te escuche, preparálo con una pausa. Y en lugar de decirle ¡Es que no me entiendes! Mejor haz una pausa y expresálo de una manera diferente: “Bueno, no te preocupes por mi, no tienes que resolver esto, solamente quiero hablar, y gracias a ti, ya me estoy sintiendo mejor”. Cuando a un hombre se le aclara lo que se espera de él, se relaja y se dispone a escuchar sin ponerse a la defensiva.
Probablemente tu marido ya desde el principio no hablaba tanto y tú por hablar no te dabas cuenta de ello. Un hombre cuando oye “quejarse” a su mujer, generalmente se siente un verdadero “fracaso” porque no ha sido capaz de hacerla feliz, piensa que es por su culpa que está así. Y, como no sabe como “solucionarlo” mejor se calla. Te entiendo bien pero mejor intenta aumentar tu autoestima y no esperes todo de tu pareja. ¡Ánimo!
Por Dra. Irma Aráuz L. Psicóloga clínica y Doctora en Educación. E-mail: arauzirmaic@gmail.com www.facebook.com/psicologairmaarauz