Casi como un relámpago (1941-1942)

Luego del ataque a Pearl Harbor (7 de diciembre de 1941) Japón efectuó, simultáneamente, un formidable despliegue de sus fuerzas en distintos puntos del continente asiático. En efecto, a pocas horas de abiertas las hostilidades la armada imperial ordenó un intenso bombardeo sobre las principales posiciones militares en Filipinas, en ese entonces protectorado estadounidense. Poco después, gracias a la superioridad aeronaval japonesa, se inició el desembarco de fuerzas terrestres mientras que las tropas que defendían el país se vieron obligadas —a despecho de su superioridad numérica— a refugiarse en la península de Bataán y en la isla de Corregidor. Los defensores resistieron hasta abril de 1942, cuando ya sin recursos para luchar, tuvieron que capitular y los japoneses ocuparon todo el archipiélago.

El 8 de diciembre Japón invade Tailandia, con la finalidad de llegar a Malasia (que era por aquella época colonia británica). Tras una corta lucha, Tailandia se rinde y se crea un gobierno títere, tutelado por el ejército invasor, que se pliega a la causa nipona y declara la guerra a los enemigos del Japón. El mismo día 8 de diciembre, una pequeña fuerza expedicionaria realiza un asalto a la base de la isla Wake, muy cerca de Hawaii, y tres días después es invadida la isla de Guam, en las Marianas, ambas posesiones norteamericanas de gran importancia estratégica en la inmensidad del Pacífico. Hong Kong, colonia británica enclavada en China, es atacada también el 8 de diciembre. La plaza, defendida por una pequeña guarnición de ingleses, australianos e indios, es doblegada por las fuerzas invasoras y la ciudad se rinde dos semanas después. Al mismo tiempo que Tailandia es ocupada, los japoneses inmediatamente enviaron un importante contingente a invadir la península de Malaca. Las tropas coloniales de Inglaterra no pudieron contener el avance nipón y Kuala Lumpur fue tomada en enero de 1942 sin resistencia ya que los defensores se refugiaron en la isla de Singapur, que era considerada el más importante bastión militar británico en la región.

Sin embargo, sometida a un incesante bombardeo, asediada por las tropas imperiales y carente de apoyo naval y aéreo, la isla tuvo que capitular en febrero de 1942. La siguiente operación japonesa fue dirigida a las Indias Orientales Neerlandesas (actual Indonesia). A la invasión de Borneo (mediados de diciembre de 1941) le siguió una violenta ofensiva sobre Java y Sumatra (febrero de 1942). Las tropas coloniales holandesas disponían de escasa aviación y pobre equipamiento por lo que las defensas fueron fácilmente vencidas y a finales de febrero, un último esfuerzo de la marina aliada para contener al Japón fue barrido en el mar de Java. Inmediatamente después las tropas japonesas desembarcaron en la costa norte de la isla de Java y avanzaron sin dificultad. Las fuerzas holandesas se rindieron en marzo. Japón había ocupado extensos territorios con ingentes recursos naturales que le servirían para mantener y continuar su expansión militar. El poderío japonés había llegado a su máximo apogeo y las mismas colonias dudaban de la superioridad de las metrópolis, por lo que decidieron colaborar con los invasores.

El siguiente objetivo de Japón era invadir Australia pero antes decidieron ocupar las islas Salomón y el territorio de Nueva Guinea para utilizarlas como bases de operaciones y penetrar por el norte australiano. De esta manera, en enero de 1942 fue tomado el puerto de Rabaul, en la isla de Nueva Bretaña y en mayo de 1942

la flota japonesa ocupó el puerto de Tulagi y la isla Gavutu, y en junio le tocó el turno a Guadalcanal, éstas tres últimas en las Islas Salomón. El siguiente paso era tomar por asalto Port Moresby en Nueva Guinea.

En solo seis meses de guerra Japón había conseguido, a expensas de colonias y posesiones europeas y norteamericanas en Asia —y con una mínima pérdida de tropas—, una enorme área de dominación imperial que abarcaba Tailandia, Malasia, Singapur, Hong Kong, Birmania, Guam, isla Wake, islas Gilbert, islas Marshall, Indias Orientales Neerlandesas, islas Salomón, islas Santa Cruz, islas Bismarck y Nueva Guinea. También ocupó las islas de Attu, Agattu y Kiska en el archipiélago de las Aleutianas, frente a las costas de Alaska. Si tenemos en cuenta que Japón dominaba, antes de la guerra, parte de China —Manchuria— y ocupaba Corea, las islas Marianas, las islas Palaos, la isla de Formosa y la Indochina francesa, el Imperio del Sol Naciente se enseñoreaba en casi todo Extremo Oriente. Las victorias las había obtenido demostrando tener una Marina moderna y eficaz, cuya fuerza principal estaba constituida por los portaaviones y una formidable y mortífera flota aérea. Por su parte, la infantería de marina y el ejército de tierra no se quedaban atrás; los japoneses habían logrado sus éxitos muy a menudo con inferioridad numérica confiando en su férrea disciplina y su larga experiencia bélica.

La suerte parecía estar del lado nipón… por el momento.

Miguel Ángel Fujita
Graduado en Literatura U.N.M. de San Marcos - Perú
Profesor de español en la A.I. de Toyokawa
E-mail elchasquicorreo@hotmail.com

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