Seguramente muchos hemos visto que para los japoneses, el «origami» es no solo una forma de entretenimiento, sino también una forma de expresión. La «grulla» en el origami (oritsuru) es posiblemente la figura que más vemos como señal de paz o de buena fortuna, pues en sí es lo que representa eso. También simboliza longevidad (por considerarse un ave longeva) y fidelidad, ya que se dice que ésta especie tiende a elegir solo a una pareja con la que pasará el resto de su vida y de ahí su presencia en las ceremonias de matrimonio (adornos, estampados de kimonos, etc). Por otro lado, el papel siempre ha formado parte de rituales religiosos en Japón, entonces en la grulla de origami tenemos una combinación perfecta.
La palabra «origami» (折り紙) es una palabra compuesta de origen japonés, «ori» del verbo «oru» que significa doblar y «gami» significa papel (kami), en términos occidentales se le conoce como «papiroflexia» y como sabemos, es el arte de doblar un trozo de papel para obtener de resultado una forma concreta, sin necesidad de utilizar elementos extras como pegamento, tijeras, cintas adhesivas, etc; solo se necesita un trozo de papel y un poco de imaginación.
Muchos de nosotros hemos crecido y jugado con el «origami» desde niños quizás de forma inconsciente, y si no ¿quién no ha hecho un avión de papel alguna vez? , pues eso es el «origami «, algo que va desde formas sencillas para principiantes como el conocido y popular «avión», hasta figuras más complicadas que requieren de algunas técnicas como elegir el tamaño y cantidad de papel a usar, colores, estilo de doblar, etc.
Como un breve concepto, el «origami» es un arte de origen japonés (aunque tuvo su cuna en la antigua China) pero su popularidad y registro se le atribuye a Japón por razones obvias. La historia en los textos nos cuenta que a comienzos se utilizaba con fines rituales y que era considerado un juego de lujo ya que en ese entonces el papel era muy caro.
Bien, ahora que ya conocemos un poco del simbolismo de la grulla en Japón y del origami, estamos preparados para conocer una bonita historia con relación a esto, se trata de «las mil grullas». Muchos hemos visto que las grullas de origami se suelen agrupar en grandes cantidades en ciertos lugares conmemorativos, pues existe una historia que explica el significado de esto.
Cuentan que durante la segunda guerra mundial (1939 – 1945), en la ciudad de Hiroshima fue bombardeada por la desgraciadamente famosa bomba atómica, Sasaki Sadako tenía entonces 2 años, era una niña muy saludable y muy querida por sus compañeros de escuela debido a su gran personalidad y energía que la caracterizaba. Diez años más tarde cuando tenía 12 años, cuentan que fue durante las actividades de deporte cuando empezó a notar malestar y desvaneció. La madre sabía que muchos niños murieron anteriormente producto de aquella bomba, así que la llevó a un hospital en el mismo Hiroshima para un análisis y le detectaron leucemia producto de haber estado expuesta a la radiación pese a que su vivienda se encontraba a unos kilómetros de la zona de explosión. Cuando se encontraba internada en el hospital, dedicaba su tiempo a jugar y entretener a los otros niños enfermos para darles al menos algo de alegría. Un día sus amigos fueron a visitarla y le llevaron de regalo unas grullas en origami con colores, seguidamente una amiga le contó una leyenda que decía que quien fuera capaz de hacer mil grullas de papel en origami, Dios le bendeciría y le concedería sus deseos. La pequeña Sadako se llenó de ilusión y sintió entonces que tenía esperanzas de recuperarse si hacía lo que la leyenda decía, así que empezó a hacer grullas de papel sin parar… día, tarde y noche, pidiendo con cada grulla el deseo de recuperarse de su enfermedad pero a medida que la enfermedad avanzaba, perdía las fuerzas y falleció un 25 de octubre de 1955 sin poder terminar las mil grullas llegando a poco más de 600.
Sus compañeros de escuela se sintieron muy afectados y alzaron a voz las protestas en contra de las guerras, por las personas y niños como ellos que perdieron la vida de forma injusta y sobre todo por su amiga Sadako. Las voces recorrieron todo Japón, todas las escuelas y tres años después, se levantó un monumento a la niña Sasaki Sadako, en señal de esperanza y paz.
Estoy seguro que después de conocer esta historia, si algún día reciben como regalo una grulla en origami u «oritsuru» (折り鶴) como se le conoce popularmente, comprenderán su real valor y significado.
Por: Luis Guillermo Shimabukuro