El 3 de abril se conmemora el Día de la Amistad Peruano Japonesa, en honor a la llegada de los primeros inmigrantes japoneses al Perú en 1889 a bordo del barco Sakura Maru (Navío de los Cerezos).
Empecemos por conocer el concepto sobre la palabra «nikkei»( 日系 ). «Nikkei» en su significado popular hace referencia a la persona nacida fuera de Japón que es descendiente de japoneses; esta es una abreviación de «nikkei jin» 日系人 que es la palabra correcta. Cabe señalar que esta palabra es confundida por con la palabra «nisei» ( 二世 ) , aunque ambas palabras son de origen japonés, el significado no es el mismo, pues «nisei» solo se refiere a la segunda generación, es decir a los hijos de japoneses emigrantes o «isei» 一世. Después viene las siguientes generaciones como «san sei» , «yon sei» y «go sei» (tercera, cuarta y quinta generación respectivamente ).
Fue allá por los años 1868 cuando los primeros japoneses empezaron a emigrar, Japón entraba a la era Meiji, una era moderna en la que empezaba a extender sus relaciones con países extranjeros tras haber terminado con su periodo «shogun», algo similar a un gobierno militar nacionalista donde el emperador era simbólico pues el «shogun” estaba prácticamente a cargo de todo.
Los motivos que impulsaron a los japoneses a emigrar hacia otras tierras fueron económicos, ellos eran llevados por contratos para hacer de mano de obra, principalmente en el campo de la agricultura. El primer grupo de japoneses que emigró a las islas Hawaii y Guam estaba a cargo de un empresario norteamericano, se enviaron a unos 200 japoneses aproximadamente a trabajar en plantaciones de caña de azúcar pero posteriormente el gobierno japonés prohibió la emigración debido al maltrato esclavizante del que eran víctimas los japoneses.
En 1885, tras algunos convenios de inmigración, empezó la gran emigración japonesa dando inicio en Japón a la era «dekasegi» 出稼ぎ (persona que va a tierras lejanas de forma temporal dejando su tierra natal); irónicamente en estos tiempos modernos estamos viviendo un efecto contrario y curiosamente también a algunos japoneses «dekasegi» se les daba contrato de tres años.
La cantidad de Japoneses «dekasegi » que dejaron su tierra natal se contaban por miles y muchos falsos rumores decían que fue producto de la guerra lo que hizo emigrar o escapar de Japón a los nipones cuando se podría decir que esto ya ocurría décadas antes. Muchos japoneses eran campesinos con un bajo nivel cultural y no sabían escribir ni leer romaji (lógicamente tampoco hablar otro idioma), esto les causó un gran problema a la hora de registrar sus nombres en los países de destino que además tenían administraciones con nada de conocimiento del idioma japonés. Dichas administraciones, registraron los nombres de los japoneses como pudieron dando origen a que en la actualidad haya descendientes de japoneses con apellidos mal escritos.
Otro dato importante es que, debido a que les exigían un apellido materno (como sabemos, en Sudamérica, se registra uno o más nombres junto con a los apellidos paterno y materno), no les quedó otra opción que duplicar sus apellidos, motivo por el cual existen muchos «nisei» con apellido paterno y materno igual.
En 1893, políticos y gente intelectual de Japón, tuvieron la gran iniciativa de crear colonias japonesas en los países que alojaban a los «dekasegi» para de esta manera expandirse y crear un comercio internacional. Su primer contacto con américa latina lo tendría con México, en 1897; dos años después, en 1899 llegaría los primeros «dekasegi» japoneses de Okinawa a Sudamérica, concretamente a Perú, en el buque japonés «Sakura Maru» con 790 personas a bordo, luego en 1908 llegan 781 campesinos japoneses a Brasil en el buque «Kasato Maru» y años después a otros países de Sudamérica.
No fue a sino hasta comienzos de 1924, al finalizar la primera guerra mundial (1914 – 1918) que empezaron a llegar los japoneses a Sudamérica pero esta vez sin contrato, estos eran invitados por los japoneses que ya se habían establecido en tierras extranjeras. La segunda guerra mundial dio un vuelco total, pues Japón pasó a bando contrario y con esto empezaron las deportaciones de los japoneses, es por esto que muchos «nisei» tenían dos nombres: uno japonés (registrado) y otro latino, con esto se evitaría de alguna manera la deportación.
En los nombres de muchos de los «nisei» y en los apellidos mal escritos de los «nikkei», podemos encontrar entonces un trozo de historia perdida que quizás los descendientes directos de aquellos japoneses que llevaron la peor parte de la historia, no pudieron contar a sus hijos o a sus nietos porque ni siquiera hablaban bien el idioma español y en algunos casos, hasta evitaron enseñarles el idioma japonés para que sus hijos no sean involucrados en problemas discriminatorios en tierras latinas, producto de la guerra.
Por: Luis Guillermo Shimabukuro