En el centro de Japón, especialmente en las prefecturas de Aichi y Gifu, el personal médico enfrenta desafíos debido a la simultánea «11ª ola» de infecciones por coronavirus y el intenso calor veraniego. Las temperaturas superiores a 35 grados Celsius han provocado numerosas alertas de golpe de calor. Las instituciones médicas, como el Instituto de Investigación de Salud Pública de Nagoya, están investigando muestras de pacientes, encontrando que la variante KP.3 del coronavirus, que evade la inmunidad más eficazmente, representa aproximadamente el 80% de los casos hasta el 25 de julio.
Shinichiro Shibata, del instituto, destaca que, aunque el uso de mascarillas y el lavado de manos son medidas efectivas, el calor extremo hace que el uso de mascarillas pueda contribuir al golpe de calor, por lo que su uso debe ser evaluado por cada individuo. A veces, pacientes con síntomas de golpe de calor resultan estar infectados con el coronavirus, lo que hace imperativo mantener las medidas de protección.
En julio, Japón experimenta un aumento en los casos de transporte médico de emergencia. En respuesta, el departamento de bomberos de Nagoya incrementó el número de equipos de emergencia de 49 a 53 para manejar posibles casos de golpe de calor. Los paramédicos tratan a todos los pacientes como si pudieran estar infectados, utilizando mascarillas N95 y gafas protectoras completas. La incidencia de nuevos casos de COVID-19 también ha aumentado, con un promedio de 20.82 casos por instalación en Aichi y 17.45 en Gifu durante la semana del 15 al 21 de julio.
Fuente: Mainichi Shinbun Por Sebastian Burbano Beca Simpatizante Nikkei - JICA