La Comunicación No Violenta abreviada como CNV, también es llamada comunicación compasiva o colaborativa.
Esta es una técnica desarrollada por Marshall Rossenberg a inicios de los años sesenta. Principalmente se enfoca en tres aspectos: auto empatía, empatía y auto expresión honesta.
La auto empatía es definida como una profunda y compasiva percepción de la propia experiencia interior.
La empatía es entender y compartir una emoción expresada por otro.
La auto expresión honesta definida como expresarse auténticamente de una forma que haga más probable que surja la compasión de los demás.
La comunicación no violenta se basa en la idea de que todos los seres humanos tienen la capacidad de compasión, y solamente recurren a la violencia o al comportamiento que daña a otros cuando no reconocen estrategias más efectivas para satisfacer sus necesidades.
Los hábitos del pensamiento y el habla que conducen al uso de violencia (psicológica y física) son aprendidos a través de la cultura.
La teoría de la CNV supone que todo comportamiento humano se deriva de intentos de satisfacer necesidades humanas universales, y que estas necesidades jamás están en conflicto. Por el contrario, el conflicto surge cuando chocan las estrategias para satisfacer dichas necesidades.
La CNV propone que, si las personas pueden identificar sus necesidades, las necesidades de los demás y los sentimientos que rodean a estas necesidades, se puede lograr la armonía.
Mientras que la CNV es ostensiblemente enseñada como un proceso de comunicación diseñado para mejorar la conexión compasiva con los demás, también ha sido interpretada como una práctica espiritual, un sistema de valores, una práctica para la crianza de los niños.
Componentes para la CONEXIÓN
En el diario vivir a veces sin darnos cuenta tenemos problemas de comunicación y no sabemos cómo volver a conectar con esa persona y una manera práctica de saberlo es aprender a expresar lo que me pasa sin juicios ni interpretaciones.
- OBSERVACIONES: Hablar de hechos concretos que se puedan ver, oír, tocar, escuchar. Por ejemplo: “Cuando escucho, veo, recuerdo …”
- SENTIMIENTOS: Cómo me siento en relación con estos hechos. “Me siento…”
- NECESIDADES: “Porque necesito …”
- PETICIÓN: Acción concreta, realizable en el presente, formulada en positivo y sobre la cual estoy dispuesto a aceptar un “no”.
“Estas de acuerdo en …”.
En resumen, sería algo así: Cuando escucho que gritas cuando no te gusta algo, me siento impotente y en ese momento necesito que bajes la voz, ¿Podrías respirar profundamente antes de enjuiciarme o criticarme?
Y para esto es importante aprender vocabulario acerca de los sentimientos, es muy importante que aprendas a decir cómo te sientes.
La siguiente lista podría ser de utilidad, aunque a veces se confunden con sentimientos, pero son evaluaciones o interpretaciones de las acciones de terceros o juicios hacia nosotros mismos.
Abandonado, acorralado, acusado, aislado, alejado, amenazado, apartado, aplastado, atacado, burlado, censurado, coaccionado. Culpable, degradado, desacreditado, desamparado, desatendido, desdeñado, desfavorecido, despreciado, engañado, estafado, excluido, explotado, humillado, ignorado, incompetente, incomprendido, indigno, insultado, intimidado, invisible, juzgado, manipulado, negado, olvidado, pisoteado, presionado, rebajado, rechazado, ridiculizado, robado, sin importancia, sin valor, superfluo, timado, traicionado, ultrajado, utilizado, vencido.
Cuando tú tienes vocabulario para decir lo que sientes, podrás saber que necesidades tuyas no están siendo satisfechas y podrás hacer una petición sin gritar, llorar o insultar.
Las palabras hieren o sanan y para esto el mismo Rossenberg propone aprender el idioma Jirafa y sustituir el idioma chacal.
El lenguaje del chacal es el lenguaje del juicio, del castigo, del chantaje, la amenaza, la ironía, la burla. Y el lenguaje de la jirafa es el lenguaje del corazón.
La jirafa es el mamífero con el corazón más grande. Porque tiene que bombear mucha sangre para que llegue a la cabeza a través de un cuello muy largo, y en un animal adulto puede llegar a pesar 8 kilos.
Si te fijas los enamorados, se hablan bajito, porque los gritos alejan y desconectan.
Si reflexionan un poco a veces con nuestros hijos, pareja o amigos somos más chacales en lugar de jirafas.
Por eso cuando gritamos a nuestros hijos, nos oyen, pero dejan de escucharnos. Y no sólo a los hijos, sino a nuestra pareja o subordinados también.
Esto sucede porque el oído es un órgano muy sensible, a la aceptación y al rechazo, todos nos volvemos sordos si nos gritan. Mi rabia puede estar justificada, pero los gritos no son el mejor modo de expresarla.
Si gritamos a nuestros hijos les estamos enseñando a comunicarse de esta forma, los gritos no educan.
El chacal cree en los chacales, y por eso actúa a la defensiva con los demás porque sólo ve chacales.
Pero mucho cuidado, en cuanto una jirafa ve un chacal, ya es chacal también, por eso es mejor ver bebes jirafa, es decir ser aprendices de jirafas más que de chacales.
Escúchate cómo te hablas, escucha cómo hablas a los demás y decide sí hoy es el primer día para cambiar y aprender a comunicarte sin violencia y más desde el corazón.
Dra. Irma Aráuz L. Psicóloga clínica y Doctora en Educación. E-mail: arauzirmaic@gmail.com www.facebook.com/psicologairmaarauz