Hoy me gustaría hablarles de un tema poco conocido por su término y que últimamente se escucha mucho y actualmente en mi consulta estoy viendo de manera frecuente.
El burnout también conocido como “Síndrome del quemado” o «Síndrome de desgaste profesional» se refiere al agotamiento físico, mental y espiritual de una persona, lo que muchas veces es confundido con depresión ya que se siente una despersonalización, no se siente empatía ni cuidado por uno mismo y en definitiva no sientes que eres tú.
Algunas señales que pueden ayudarte a saber que estás cayendo en este síndrome son las siguientes:
- Te sientes físico, mental y espiritualmente agotado, irritado.
- Te empiezas a alejar de tu familia o amigos porque no los soportas.
- Todo el tiempo estás irritado y con cambios de humor.
- Tienes problemas para conciliar el sueño y tu mente no deja de trabajar creando historias.
- Te sientes apático, sin motivación y sin propósito en la vida.
- Te sientes cansado de dar y dar y no recibir nada a cambio, sientes que te quedan debiendo.
- No estás conectado contigo mismo ni con tus necesidades básicas.
- Sientes que no eres la persona que antes eras.
- Tienes falta de concentración.
- Pierdes interés en lo que antes hacías con gusto.
- Te sientes abrumado y ansioso.
- Has perdido todo el interés por lo que te rodea.
- Te sientes confundido y con ganas de mandar todo muy lejos.
✋ *Levante la mano quién se ha sentido así*
Pero ¿Por qué unos están más propensos a sufrir burn out y otros no?
Hay algunos puntos que tienen que ver con tu personalidad, con tu cultura y con el ambiente que te rodea.
Personalidad:
- Puede que seas una persona perfeccionista, o que quieres controlar todo y pedir ayuda se te dificulta.
- Puede ser que tu ambiente de trabajo sea caótico, que haya falta de reconocimiento, que no te sientas valorado, que no sientas que hay retos, que no puedas avanzar y que tus necesidades no están siendo satisfechas.
- Puede ser tu estilo de vida. Te desvives por los demás, los cuidas y das todo, te llenas de tareas y trabajos que no te corresponden.
- Puede ser que tu alimentación sea irregular y no te estés alimentando bien.
- Puede ser por la falta de sueño que en el día te sientes agotado y sin ganas de nada.
Cultura:
- Nuestra cultura glorifica la productividad, es una cultura meritocrática, en la que debes hacer algo para merecer algo y eso es una causa de estrés.
- No podemos ser productivos si estamos estresados, no podemos estar bien sino atendemos nuestras necesidades básicas.
- El agotamiento emocional del Burnout sucede porque nos quedamos atorados en una emoción y nos vemos en situaciones que nos hacen caer en el Síndrome del Dar.
- Sentimos que es una obligación moral el siempre estar dando a pesar de poner en riesgo nuestra salud.
- No estamos haciendo nada al respecto para salir de esa emoción que nos tiene secuestrados.
El estrés que sentimos activa nuestro Sistema de congelamiento, defensa o huida (hacer el muerto, pelear o escapar). Nuestro cuerpo hace lo imposible por salir de esa situación y te sales de tu ventana de tolerancia o zona de resiliencia.
Por ejemplo: Imagínate que vas caminando por el bosque y te encuentras un león y se dispara tu sistema de defensa, huida, congelamiento, y antes de que te ataque el león le cae un rayo y se muere, pero tu sigues paralizado y sin hacer nada, aunque veas al león muerto. Y tu cuerpo se queda en el ciclo del estrés porque realmente no has hecho nada. Tu cuerpo no sabe que estás a salvo y no le ha llegado la señal al cerebro de que estás a salvo porque sencillamente no hiciste nada. Ahora siendo realistas, lo que te provoca estrés no es un león, es algo o alguien de tu familia, amigos o compañero del trabajo. Igual que en el ejemplo del león, tu cuerpo se siente amenazado y te dice: huye, pelea, ataca y entonces el estrés se vuelve más peligroso que la amenaza en sí.
La manera más eficiente para salir de ese ciclo, es decirle a tu cuerpo, tranquilo, estamos a salvo, el león ya está muerto.
¿De qué manera podemos prevenir o sanar el burnout?
Pasos a seguir para entrar en ACCIÓN, debemos hablar el mismo leguaje de nuestro cuerpo para que le llegue la señal al cerebro y este lenguaje es corporal.
- Actividad física: Movimientos corporales que le digan a tu cuerpo, que el león ya no está y que ya se fue. Haz ejercicio, camina, corre, baila, mueve tu cuerpo, nada, haz ejercicios de tensión-relajación de músculos, ejercicios de respiración. En todo caso ejercita tu nervio vago para sentirte bien.
- Interacción social: Conéctate nuevamente con tus amigos o familiares y trata de reír, de sentir la conexión física mediante un abrazo, la conexión física le dice a tu cuerpo que estás a salvo y libera oxitocina la hormona de la felicidad.
- Compra una mascota. Darle amor a un ser pequeñito y acariciarlo te ayudará mucho.
- Date amor a ti. Se amable contigo, no te critiques, y date frases de buena voluntad como: “te amo”, “eres muy fácil de amar”, etc.
Lo importante es que tu cuerpo sepa que ya estás a salvo, que el peligro ya paso y eso sucede al estimular tu sistema de calma ofreciéndote frases positivas.
Así, poco a poco, vas a empezar a notar un gran cambio en tu interior, que se reflejará en un cambio de humor, te vas a relajar y a sentir menso tenso.
Por último, no busques perfección sino excelencia:
- La perfección basa sus raíces en el miedo al fracaso, al qué dirán, a no sentirte suficientemente bueno, a decepcionar a los demás.
- La excelencia basa sus raíces en el aprendizaje de la experiencia, en el crecimiento, en la mejora para crecer y florecer en donde estés.
Y no te olvides, sé más flexible y amable contigo mismo. Cambias tú, cambia tu entorno.
Autor: Psi. Irma Arauz