Venta por Internet y Redes Sociales: Regulaciones

Dentro de la comunidad latina de Japón se observa de tanto en tanto las ventas por internet y redes sociales como Facebook, sea de ingredientes y alimentos de sus países de origen, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, como también de cosméticos y productos sanitarios, y hasta de comidas preparadas o cocinadas. En general se hacen los pedidos por teléfono o en la misma página web y en base a eso pagan con tarjeta o contra entrega y listo. Al parecer todo está bien y encima es algo práctico y cómodo para el cliente.

Sea particular o empresa constituida, si las ventas por estos medios digitales es algo continuo o sea un medio para generar ingresos, se requiere cumplir mínimamente con las directivas de la JADMA (Japan Direct Marketing Association, Nihon Tsushin Hanabai Kyokai) y más que nada de las regulaciones de cada actividad. El hecho de que la transacción sea digital no significa que estén fuera de regulación. Si venden productos usados es necesario la licencia que se tramita en la comisaría de «kobutsu-sho”, si son alimentos y bebidas en el Centro de Salud-Hokensho y si son alcohólicas también en la Oficina de Impuestos. Y si son cosméticos pueden estar sujetos a las normativas farmacéuticas así que deben asesorarse muy bien para evitar embargos y arrestos. En la jerga se dice: «Todo lo que entra por la boca o se pone en la piel hay que ir al Hokensho”. De ahí, serán derivados a las reparticiones correspondientes y orientados en los trámites que deban hacer y las muestras que deban presentar.

Con los productos usados hay que tener mucho más cuidado porque suelen encubrir la venta de productos robados promoviendo también el lavado de dinero, por algo la competencia de esto está en la Policía. Hay que tramitar una licencia especial y registrar las compras y las ventas de manera minuciosa, caso contrario pueden tener una sanción penal muy rigurosa (arresto con hasta 3 años de prisión y/o multa de hasta 1 millón de yenes y 5 años de prohibición en obtener nuevamente la licencia). Por eso, la firma MERCARI que se dedica a la compra-venta de productos entre particulares exige el registro de los datos personales y solo cuando verifica el pago envía el producto.

Con el tema de los alimentos también es necesario la autorización del Hokensho municipal, sea de productos elaborados o semi-elaborados. Si lo cocinan en casa y lo venden empaquetado desde luego es necesario esta autorización para acondicionar esa cocina con los controles sanitarios, y además deben colocar los datos que se exigen en el etiquetado (ingredientes, procedencia, empresa o persona elaboradora, importadora si la hay, fecha de vencimiento, dirección y tel. del que la vende, etc.). Hay una ley específica para estas transacciones por catálogo y por internet denominado «Tokutei Shotorihiki-Ho” donde se detalla los datos que deben colocar en el producto y la manera en que debe ser etiquetado. Muchas de las mercaderías que se venden en algunas tiendas latinas o de «emprendedores particulares” no siempre cumplen estos requisitos. Aunque fuere en una feria o evento puntual, es importante colocar una etiqueta con los datos básicos, excepto cuando se trata de frutas y verduras frescas de ocasión abastecido directamente del productor solo para el evento (si son procesados, es diferente el tratamiento).

La normativa sobre estas transacciones por internet también exige que se especifique el precio unitario del producto, el costo de envío (hay web que no lo ponen o ponen una cifra X que no es la del takkyubin o correo), fecha tentativa de entrega, modo de pago (las diversas variantes y su costo administrativo si la hay), política de devolución del producto (las razones y fecha límite), etc. Cabe recordar que hay web que son solo para mayoristas en donde exigen una compra mínima cuando se trata de particulares y eso es aceptable siempre y cuando se señale que es una firma mayorista. Tampoco pueden «ligar” la compra de un producto con otro que el cliente no necesita, como ha pasado con la especulación de las máscaras por el coronavirus donde algunas empresas hicieron una «paquete de compra” para vender otros productos. Si se trata de una canasta con diversos productos por un aniversario u oferta especial no hay inconveniente. Cuando es obligado a comprar otros productos innecesarios deben denunciarlos al Centro de Defensa del Consumidor «shohisha center” para corregir o demandar el hecho.

Si se trata de ropa es necesario cumplir con normativas donde exigen que se señale el tipo de fibra utilizado, los cuidados en el lavado y planchado, etc. Y desde luego, las modalidades de devolución o cambio por error de talle señalando los costos de envío y quién se hace cargo del mismo.

En Japón como en muchos otros países grandes firmas como Amazon o Rakuten, Yahoo Shopping, etc. han arrasado con las ventas por internet. En ocasiones, según la cantidad de compras es gratuito el costo de envío. La firma Rakuten ha obligado en su mall que todos los negocios asuman este costo para beneficiar más a los clientes y que en el precio final esté incluido el costo de envío; sin embargo, eso ha prosperado en una denuncia generalizada en la Comisión de Competencia Desleal. La no transparencia o de que «todo está incluido” no es la mejor manera de satisfacer a un cliente y encima que todas las tiendas sean obligadas a asumir ese costo. Cada tienda tiene el derecho de fijar el monto de la compra para definir la «gratuidad” del costo de envío, según el tipo de mercadería que venda.

Con la venta de productos importados hay que tener en cuenta también las regulaciones adicionales de importación y los aranceles donde genera un costo aparte.

Webs de referencia:

https://www.no-trouble.caa.go.jp  Guía de Transacciones Comerciales Específicas

https://www.jadma.or.jp/abouts/glecommerce/

https://www.makeshop.jp/main/know-how/opening/opening-request.html

https://www.no-trouble.caa.go.jp/foreignlanguage/   En inglés

http://www.kokusen.go.jp  Defensa del Consumidor

https://www.ccj.kokusen.go.jp  Reclamo de productos del exterior

https://www.mercari.com/jp/

Hay que evitar estos problemas, máxime si se trata de compras del exterior.

Por. Lic. Alberto Matsumoto

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