El coronavirus y su impacto en lo económico, social y laboral más los titulares sensacionalistas y alarmantes de los medios que generan más incertidumbre y miedo no permiten siquiera pensar en lo que se puede y hay que hacer. Ante todo, sería importante que las familias latinas que residen en Japón, estén con un contrato directo o indirecto vía contratista, a tiempo completo o parcial de 20 horas semanales, verifiquen si están asegurados al seguro de desempleo «koio hoken”.
La tasa de desempleo al mes de mayo es del 2.9% y eso implica casi 2 millones de desempleados para una población económicamente activa de 60 millones, o sea que es muy baja. Sin embargo, desde que comenzó la pandemia el gobierno ha ampliado y aplicado con fuerza el Subsidio para el Mantenimiento del Empleo (Koio Chosei Joseikin, que en realidad es para evitar el ajuste de empleo o sea los despidos masivos) que abarca a 5 a 6 millones de trabajadores por lo que sin esta ayuda pública el desempleo estaría en el 9 al 11%. Si estas ayudas van a sectores que no tienen posibilidad de reactivarse es muy posible que tarde o temprano entren en la lista de firmas quebradas o cerradas (antes de que las deudas sean inviables de pagar).
La Teikoku Data Bank señala que estos meses rondan los 300 casos de quiebra pero que los quebrados por la pandemia son 227 firmas (datos de mediados de junio de 2020). A pesar de las ayudas gubernamentales que subsidian cuando las ventas son menos del 50% a comparación del año anterior y otras complementarias que alivian los gastos de alquiler y demás gastos, no han podido resistir los efectos del Covid-19 porque son gremios del sector hotelero, gastronómico y servicios turísticos que dependían del flujo turístico extranjero que en estos años ha venido aumentado de manera casi exponencial. Los que tienen costos fijos elevados como los hoteles son los que van cerrando primero porque aún con las ayudas públicas es insostenible.
El año pasado recibieron del exterior 32 millones de turistas y dentro de Japón unos 200 millones de japoneses – en cifras acumuladas – han disfrutado de las termas y otros paseos que suelen hacer los estudiantes y jubilados. Y en estos meses, al menos de mediados de abril a junio, eso se ha transformado en casi cero. Poco a poco se irá recuperando y eso se percibe en el movimiento de la gente, pero las llegadas desde el exterior de este año y parte del próximo serán muy tenues por las restricciones y prohibiciones existentes. Por las Olimpíadas 2020 para este año habían previsto la llegada de casi 40 millones de extranjeros y muchas empresas habían invertido en nuevos hoteles o la ampliación de los existentes y en diversos servicios y productos para estos visitantes. De ahí que ahora están cerrando muchos de estos alojamientos.
Algunas de estas quiebras o cierres han sido más que nada aprovechando la circunstancia actual porque los dueños eran de avanzada edad o consideraron que habían cumplido su ciclo. Tampoco hay que negar que muchos pequeños negocios cerraron al mes de la semi-cuarentena porque no tenían ninguna reserva y ya no eran objeto de préstamos de ninguna naturaleza de ninguna entidad bancaria. Haya pandemia o no, estaban destinados a desaparecer.
En el sector manufacturero como el automotriz pronto se irán viendo los efectos, pero a diferencia de la crisis del Lehman del 2008 pueda que la recuperación sea mucho más lenta porque el Covid 19 ha demostrado que muchas «necesidades” no son tan necesarias y la reducción de ingresos a nivel mundial reducirá la demanda y la lucha por no perder porciones de mercado será feroz. Algunos pregonan que es el fin de la globalización, pero pueda que sea una etapa de profundas transformaciones donde los instrumentos digitales reemplacen muchas cosas y generen otro tipo de necesidades. Además, es muy posible que viajar de un continente a otro a precios tan accesibles ya no sea viable como hasta hace unos meses atrás.
En algunas firmas donde trabajan los latinos de Japón están recortando los plazos del contrato o avisando con cierta antelación posible despidos o transferencia a otros lugares porque muchas industrias están reduciendo su producción. Mientras los subsidios públicos resistan los mantendrán en el empleo, pero eso no es eterno. El gobierno ha dispuesto un presupuesto complementario equivalente al mismo valor que el ordinario de este año fiscal 2020, o sea casi un billón de dólares más, pero la gran mayoría será justamente para inyectar capital para sustentar las firmas o dar garantías para evitar que las deudas terminen en incobrables y otra parte será para reactivar el consumo interno (vales de compra y de viajes dentro del país) que se implementarán en los próximos meses.
La prevención empieza por verificar si les están descontando del salario el seguro de desempleo «koio hoken”, cuyo valor de descuento es del 0.3% ó 0.4% si es construcción. El restante 0.6 al 0.8% lo asume el empleador. Si tienen dudas pueden dirigirse a la Oficina de Empleo Hello Work para constatar si están en el seguro. Los que tienen el My Number y notificado a dicha oficina el número lo pueden confirmar por internet.
Más allá de los 100.000 yenes que da el gobierno por esta pandemia y otras pagas que puedan surgir, no hay que olvidar que ante el desempleo la mayor seguridad es el mismo seguro público. Desde luego, si ahora no tienen tantos gastos es importante que ahorren lo que puedan para eventualidades no previstas. Es de suponer que los que tienen más de 25 años en Japón han aprendido la importancia de la prevención y la previsión, tanto con la crisis de Asia de 1997, de Lehman 2008 y el Terremoto-Tsunami de 2011. Los despidos y pérdidas de empleo en el 2008/9 fueron inmediatos a gran escala, pero al año y medio se fue recuperando. En esa ocasión, el gobierno implementó medidas que flexibilizaron el pago por desempleo, aunque no hayan estado asegurados dando una dispensa especial a las empresas para que regularicen pagando retroactivamente seis meses las cuotas de este seguro. Estas facilidades permitieron que las contratistas asumieran la totalidad de las cuotas de sus empleados parados y puedan cobrar de inmediato la asignación por desempleo. Por el momento, no se perfila que retomen medidas de esta naturaleza, pero es importante que verifiquen si están o no en este seguro.
A diferencia de las crisis anteriores la pandemia del Covid-19 está paralizando al mundo y aunque se vaya recuperando el ritmo de las actividades económicas será mucho más lento porque está limitando el consumo y el movimiento de personas en el mundo que ya oscilaba los 1.500 millones de turistas. Para Japón también será un enorme desafío equilibrar y ajustar la escasez de mano de obra con las verdaderas necesidades de las industrias. Hasta hace 6 meses se hablaba de incorporar cientos de miles de asiáticos para diversas actividades, pero eso se reducirá drásticamente y es muy posible que sobre personal con lo que hay ahora. Como pasó en el 2009 algunos tendrán que ir a otras Prefecturas para seguir trabajando, sea de manera temporal o a largo plazo. Muchas tareas ya no serán necesarias porque siempre en estas ocasiones las grandes empresas suelen modernizar sus equipamientos para racionalizar costos y en la pos-pandemia se generalizará el uso de la inteligencia artificial y la big data para sistematizar muchos servicios, trámites y procesos de producción.
Por: Lic. Alberto Matsumoto
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