En la ciudad de Hadano, prefectura de Kanagawa, al este de Japón, la producción de flores de cerezo multilaminadas encurtidas en sal, conocidas como sakura-zuke, ha llegado a su punto máximo.
Esta localidad es una de las principales productoras de esta flor comestible en el país. Durante esta temporada, las instalaciones de procesamiento se llenan del color rosado característico de los pétalos recién cosechados, especialmente de la variedad Kanzan, reconocida por su tono intenso y su fragancia.
Las flores se recolectan cuando alcanzan entre un 70 % y 80 % de floración, el momento ideal para conservar su aroma y color. Posteriormente, son encurtidas en sal, vinagre de ciruela y otros ingredientes durante aproximadamente un mes.
Debido a las bajas temperaturas de este año, la floración fue más lenta de lo habitual. Sin embargo, la escasez de lluvias ha contribuido a obtener una cosecha de alta calidad, con flores de excelente color y forma. El sakura-zuke es utilizado en la gastronomía japonesa como un detalle visual y simbólico de la primavera.
Fuente: Mainichi