¿Alguna vez se atreverían a comprar una bolsa sin saber qué productos lleva adentro?
Pues, en Japón podemos ver cantidades de fukubukuro (福袋) que se empiezan a vender desde diciembre hasta enero. fuku (福) significa felicidad y bukuro (袋) es bolsa, por lo que en traducción literal, podemos decir que se tratan de bolsas que traen la buena suerte.
Estas bolsas se venden en cantidades, y el comprador no puede abrir para ver lo que lleva adentro. Esto quiere decir que podría tocarte productos que sean mayor al monto pagado, o menor que la bolsa en sí, por lo que nos damos cuenta de que ese sentido del azar es lo que estimula las ganas de adquirirlas, para ver si uno comienza el año con suerte o no.
Sin embargo, si bien las bolsas de la suerte son un producto destacado que atrae a los clientes, muchas de ellas también pueden ser utilizadas por las tiendas para deshacerse del inventario, e incluso si contienen artículos que valen más que el precio. En todo caso, es la mejor ocasión para deshacerse de productos que no generaron mucha demanda durante el año, y así renovar con otros artículos para la tienda, desde el punto de vista del vendedor.
Se dice que el origen de las bolsas de la suerte se remonta al período Edo. Los comerciantes de aquella época vendían bolsas llenas de productos en oferta para expresar su agradecimiento a sus clientes y desearles prosperidad comercial en el nuevo año. Este se convirtió en el prototipo de la actual bolsa de la suerte.
Ahora, desde hace 35 años, inicio de la era Heisei, también se aprecian que hay un desvío en el concepto original, ya que aparecieron las bolsas transparentes, o aquellas cuyo contenido se hace público con anticipación y también bolsas en las que uno puede elegir el contenido dentro de un grupo específico de productos.
Además, también se comercializan bajo este método aquellos productos que no pueden guardarse en bolsas como muebles grandes y electrodomésticos, viajes, bienes raíces, derechos de renovación, automóviles, derechos de inscripción en diversos tipos de escuelas, acuerdos matrimoniales concertados, etc.
El concepto del fukubukuro ha logrado salir de Japón, ya que se sabe que la marca Apple llevó este modelo a Estados Unidos para el Año Nuevo del 2004, vendiendo los “lucky bag” y “mystery bag”, logrando gran acogida. En un centro comercial de Hawaii, se venden bolsas de la suerte desde el Año Nuevo del 2005, por lo que podemos ver que desde hace unos 20 años se han expandido a nivel internacional.
Aparte del fin comercial, también se utiliza la idea en muchas bibliotecas públicas de Japón, ya que aproximadamente desde el año 2000 comenzó la iniciativa llamada «bolsa de la suerte de la biblioteca», en la que se guardan varios libros en un fukubukuro y se prestan. El lector disfruta el hecho de tener que leer la obra que le haya tocado al azar, o, mejor dicho, por el destino propio.
Por último, en la industria de los juegos de cartas coleccionables (TCG), las tarjetas a menudo se venden en forma de paquetes en los que «no sabes lo que hay dentro hasta que lo compras y lo abres», especialmente paquetes que las tiendas crean y venden de forma independiente. Estos son llamados Oripa (オリジナルパック), ya que son paquetes originales de la tienda.
Queda claro que, al fin y al cabo, queda disfrutar del producto adquirido que el destino haya querido que llegue a nuestras manos. El fukubukuro es un juego al azar que hoy en día cautiva a niños, jóvenes y adultos.