CIERRE DE ESCUELAS: UN PROBLEMA SOCIAL DE JAPÓN

Con el rápido descenso de la tasa de natalidad y la concentración de la población en las ciudades, se están cerrando escuelas públicas una tras otra en varios lugares. Según el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, entre 2002 y 2020 se cerraron 8,580 escuelas públicas.

 

¿Qué resultados genera el cierre de escuelas?

 

・Problemas que sufren los niños:

Si cambian de escuela, los niños experimentan cambios ambientales. Además, casi en todos los casos, la nueva escuela está más lejos que la anterior y, en algunos casos, ya no pueden ir a la escuela caminando y tienen que utilizar autobuses escolares o el transporte público. Así, los niños quedan cansados física y mentalmente.

 

・Impacto en las comunidades locales:

El cierre de escuelas puede conducir al declive regional. Las escuelas no sólo sirven como lugares para que los niños aprendan, sino que también sirven como lugares para que los residentes locales interactúen y se utilicen como refugios de evacuación y lugares para eventos locales. Es decir, las escuelas son el núcleo de la comunidad. Sin embargo, si se abolen escuelas, habrá algunas áreas donde las escuelas desaparecerán y el papel que originalmente debían desempeñar en la comunidad dejará de funcionar. Otro problema es que hay familias que consideran mudarse a otra región donde la despoblación no sea tan problemática para evitar que sus hijos viajen largas distancias. Si más familias se mudan, el número de niños en el área disminuirá.

 

Lo más problemático es dejar las escuelas abandonadas. De las escuelas que se cerraron entre 2002 y 2020, todavía no se ha decidido qué van a hacer con más de 1,400 escuelas y las dejan sin tocar. Una de las razones se debe al envejecimiento del edificio y la falta de solicitudes de la comunidad local. Además, demolerlas genera enormes costos. Sin embargo, de ellas, 5,481 escuelas, o el 74,1%, se reutilizan como instalaciones públicas como centros comunitarios o instalaciones privadas como hoteles y restaurantes. Por ejemplo, hay acuarios que aprovechan escuelas abandonadas. Allí, las tortugas y los peces nadan en la piscina al aire libre y dentro del edificio también se pueden observar varios peces en los acuarios instalados.

 

Los gobiernos locales de las zonas despobladas están haciendo todo lo posible para darle un buen uso a sus valiosos activos.

 

Por Sanami Takahashi

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