Año tras año, los ataques sexuales y otros delitos graves cometidos contra niños por desconocidos que conocieron a través de las redes sociales ocurren con mayor frecuencia en Japón, y una táctica notoria de los perpetradores es el uso de múltiples cuentas engañosas.
En un caso ocurrido este año en la prefectura de Hokkaido, una niña de 13 años y otra de 14 fueron violadas por alguien que habían conocido a través de las redes sociales. El hombre de 40 años que fue sentenciado en el caso había utilizado a lo largo de unos ocho años entre cinco y diez cuentas de redes sociales para pagar repetidamente a menores por sexo.
Según la Agencia Nacional de Policía, en 2018 hubo 91 menores de 18 años, fueron víctima de un agresor que conocieron a través de las redes sociales. En 2023, esta cifra había aumentado a 225. Entre ellas había muchas víctimas de delitos sexuales, incluidas 96 víctimas de violación y 33 de agresión sexual.
La abogada Fumiko Suda, presidenta de la organización sin ánimos de lucro «Yuinet Hokkaido», que ayuda a las víctimas de agresión sexual y administra el Centro de Asistencia para Crisis de Agresión Sexual de Hokkaido, señaló que, en un número notable de casos, las victimas se encuentran con estas personas desconocidas, y quedan atrapadas en delitos sin saber que el extraño tiene intenciones sexuales.
Entre las consultas que el grupo recibe, un menor fue llevado a un hotel por un desconocido que conoció después de que el individuo comentara: «Eres lindo» en su foto en las redes sociales. Otro menor fue agredido sexualmente después de entrar en el vehículo de un desconocido, con la promesa de que le comprarían un teléfono móvil.
Suda destacó la creciente sofisticación de sus tácticas, diciendo: «No es raro que los perpetradores utilicen múltiples cuentas y, en muchos casos, engañan a menores utilizando nombres y edades falsos». Añadió: «Para los menores, una vez que se encuentran físicamente con alguien, es difícil rechazar los actos sexuales. Me gustaría que los adultos que los rodean también estuvieran atentos para no permitirles encontrarse directamente con desconocidos».
Fuentes: The Mainichi Shimbun Por Sebastian Burbano
