Aunque pueda resultar difícil de creer, el mercado de felinos genera anualmente billones de yenes en Japón. Una industria que, pese a la pandemia del COVID-19, nunca dejó de crecer.
Katsuhiro Miyamoto, profesor emérito de la Universidad de Kansai, denomina este fenómeno felino como «nekonomics» (efectos económicos de los gatos), el cual movió unos US$14.600 millones (1,9 billones de yenes) solo en el período de 2021.
Una estadística que ha tenido en cuenta los gastos en alimentación, productos de primera necesidad y atención veterinaria, además de proyectos generados por la pasión japonesa por los gatos como son los “nekocafés”, o cafeterías para fotografiar a estos simpáticos felinos.
El peso cultura y adoración por los gatos no es historia reciente.
Se cree que los primeros gatos llegaron a Japón desde China durante el período Nara (siglo VIII) para cazar ratones. A partir del período Heian (siglos VIII al XII) comenzaron a ser considerados mascotas, siendo retratados en obras de Ukiyo-e y clásicos de la literatura japonesa, como la novela «Soy un gato», del escritor Natsume Soseki.
Con el pasar de las décadas, la popularización de los gatos ha ido en gran aumento. Desde acciones como el establecimiento del 22 de febrero como el Día del Gato, hasta la incorporación de nuevas empresas japonesas en esta industria.
Este es el caso ST Corp (fabricante de desodorantes y repelentes de insectos) y Unicharm Corp (productos menstruales y pañales desechables), quienes para este 2023 esperan incorporar productos específicos para la industria felina.
A modo de comparación, la ‘nekonomics’ en 2021 son ligeramente superiores a lo gastado en la organización de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020 (estimados en US$12.528 millones o 1,69 billones de yenes). Cifras realmente sorprendentes dada la envergadura que supone la organización de unos juegos olímpicos.
El profesor Miyamoto recuerda que el costo de cuidar a un gato pequeño es relativamente bajo para una familia, pero para Japón significa mucho. «En otras palabras, la acumulación de pequeñas cantidades por parte de cada familia contribuye a la economía japonesa, es el motor que mueve el conjunto».
Pero, ¿cuáles son las razones por las que los japoneses prefieren a los gatos como mascotas?
Miyamoto menciona que una de estas razones está relacionada con la flexibilidad por parte de los arrendatarios de viviendas.
Cada vez más personas se mudan a apartamentos urbanos que, además de estar hacinados, a menudo no permiten perros, pero pueden pasar por alto la presencia de gatos, que también son más fáciles de cuidar y requieren menos atención, como tener que sacarlos a caminar.
La Asociación Japonesa de Alimentos para Mascotas recuerda también que las personas experimentaron ansiedad y situaciones estresantes cuando se vieron obligadas a dejar de salir y tuvieron quedarse en casa y trabajar desde allí durante mucho tiempo. Al convivir con mascotas buscan tranquilidad y mejoran la comunicación dentro de su familia.
Evidentemente, no se puede ignorar que siempre habrá un número creciente de amantes de las mascotas en Japón. Perro o gato, la elección dependerá mucho del espacio y tiempo disponible para su cuidado.
Seamos siempre responsable y apliquemos ese respeto hacia la vida que es adherente a la cultura japonesa. Los gatos o cualquier tipo de mascota no son ajenas a ello.
Por: Adrián Marcos García Comunicador Audiovisual de la Pontificia Universidad Católica del Perú E-mail: amarcos1771@gmail.com