LA FILOSOFÍA DE NO DEJAR PROPINAS EN JAPÓN

La creencia popular dice que Japón es el tipo de paraíso ascético donde la basura es algo inaudito, la imperfección (o “wabi-sabi”) es honrada y la conciencia social se eleva a una forma de arte. Nada alejado de la verdad.

También es un lugar donde las propinas no son sólo poco comunes; sino que se consideran vergonzosas e incómodas.

Así que comunidad Latin-a tienen que estar atentos: las propinas en la mayoría de lugares ofenden.

«Incluso si a los viajeros se les dice que en Japón no se da propina, algunas personas todavía están dispuestas a mostrar su agradecimiento con dinero, pero no funciona así», dice James Mundy, operador turístico de InsideJapan Tours con sede en Reino Unido.

«Es común que cuando los clientes dejan dinero para los meseros en los restaurantes, luego los persigan para devolverles su dinero. Muchos no pueden entender que la gente hace su trabajo con orgullo y agradecer con palabras como ‘oishikatta’ (estaba delicioso) o ‘gochiso sama’ (gracias por preparar la comida) es suficiente”, agrega Mundy.

“Shokunin kishitsu”, que se traduce aproximadamente como «la destreza», fluye a través de muchos aspectos de la vida japonesa y es una filosofía perfeccionada por muchos en las industrias orientadas al turismo, desde botones de hoteles hasta vendedores de carritos de comida y chefs de sushi.

El trabajo se hace con orgullo y la apreciación se muestra más comúnmente a través de cumplidos (preferiblemente en japonés) o haciendo una reverencia.

Sólo hay una excepción: los ryokans, las tradicionales casas de huéspedes de Japón. Allí los viajeros pueden dejarle dinero al nakai san (el servidor que usa kimono y prepara la comida y el futón), pero solo cuando se hace correctamente.

No se entrega una propina en persona, sino que se sellan prístinos billetes en un sobre especialmente decorado.

 

Mucha de esta filosofía de no dejar propia tiene relación con la cultura ‘omotenashi’ japonesa, un movimiento empresario de origen nipones que tiene como premisa fundamental ofrecer un buen servicio y hospitalidad a los clientes.

La nación está tan acostumbrada a recibir un buen trato en los establecimientos, que ha normalizado desde hace tiempo un servicio al consumidor con una calidad óptima.

Definitivamente, la amabilidad está tan integrada en sus vidas que no ven esto como un mérito que deba ser premiado.

Por ejemplo, en los restaurantes del país que aún conservan sus tradiciones, los ‘izakaya’, en cuanto entras por la puerta te ofrecen una toallita de agua caliente para que te limpies las manos, y acto seguido te piden la bebida, que es servida con un pequeño aperitivo para que esperes mientras llega el plato principal.

Pero, como ya hemos mencionado anteriormente, hay muchas formas de agradecer. Ya sea mediante las frases japonesas antes mencionadas, pero también dejando una reseña positiva en las webs de los establecimientos que nos brindaron sus servicios o compartiendo sus redes sociales a otras comunidades.

Vivamos siempre con alegría y haciendo nuestro trabajo con mucho orgullo comunidad Latin-a.

 

Por: Adrián Marcos García
Comunicador Audiovisual de la Pontificia Universidad Católica del Perú
E-mail: amarcos1771@gmail.com

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