En Japón casi el 60% de los graduados de la secundaria ingresan a universidades de diversas especialidades y categorías. Sin embargo, los que llegan a universidades de prestigio, principalmente nacionales rondan el 8% del total y hay ciertas disciplinas donde las vacantes son sumamente limitadas. Dentro las públicas están también las prefecturales (kenritsu) y las municipales (ichiritsu) que ofrecen beneficios (descuentos) especiales para los alumnos de buen desempeño oriundos de ese distrito, lo que aliviaría mucho la carga económica de los padres. Igual, es un número limitado de vacantes pues el examen de ingreso es muy riguroso.
No es fácil ingresar a estas universidades públicas porque exigen un promedio general del rango 50 a 55 por lo menos, aunque depende de la Facultad. Las nacionales (kokuritsu) y privadas (shiritsu) más prestigiosas rondan en el rango 65 a 70 y las privadas del rango F que son las más bajas de 35. Y el tema es que, si bien las públicas en general son más accesibles en costos, en Japón las universidades cobran su matrícula inicial y el arancel anual durante los 4 años que dura la carrera. Desde luego, hay becas especiales por alto promedio, reducciones por situación económica y préstamos. Estos préstamos mal llamados «shogakukin” son en general créditos a mediano plazo a tasa cero o muy baja que los otorga una entidad pública del Ministerio de Educación denominada Nihon Gakusei Shien Kiko o JASSO (Japan Student Services Organization). Lo que el gobierno ha aprobado en el año 2019 sobre la gratuidad de los estudios universitarios que entra en vigor desde abril próximo (2020) es para aquellas familias con ingresos bajos que no llegan el mínimo imponible. Entre los requisitos exigen que tengan un determinado nivel académico y demostrar las limitaciones económicas (https://www.jasso.go.jp/shogakukin/kyufu/index.html ).
O sea, no es una gratuidad ilimitada para todos sino para aquellas familias con muy escasos recursos (depende de las deducciones y composición familiar pero el ingreso anual rondaría los 1.2 millones de yenes). Los demás, deberán seguir pagando con sus ingresos y ahorros o con préstamos de alguna mutual, cooperativa, banco o la misma JASSO. Los que tienen abuelos con altos ingresos y bienes heredables pueden optar por una cesión específica para educación de los nietos denominado «magoeno kyoiku shikin zoyo” para aliviar la carga tributaria que podría llegar a tener ese abuelo cuando deje su herencia (el valor objeto de cesión y libre de impuestos es hasta un máximo de 15 millones de yenes).
Una carrera de cuatro años en ciencias sociales y humanidades en las universidades públicas rondaría los 2.5 millones de yenes y en las privadas cerca de 4 millones por carrera. Las de medicina, farmacia, artes, ingeniería, es mucho más elevada y para cualquier familia de clase media es una erogación no siempre viable de sostener. No hay que olvidar que además de los pagos a la universidad hay que asumir costos indirectos de transporte, comida, libros, etc. Por eso, ir a otra ciudad lejana para estudiar una carrera universitaria implica un gasto importante y en ocasiones una deuda que se hace cuantiosa.
La pregunta es si vale la pena endeudarse por ir a una universidad. Desde luego, si el joven es consciente de ese estudio y luego se inserta laboralmente en ese rubro seguramente le sacará provecho y esa deuda la pagará lo más pronto posible. Sin embargo, como suele ocurrir con muchos jóvenes que no saben qué estudiar y encima concurren sin ánimo ni motivaciones a universidades de cuarta (las llamadas de rango F-35), es muy probable que esa dejadez se refleje en un trabajo mal pago y poco estable. Obviamente, las posibilidades de cancelar la deuda se hacen tediosas y pueda que se transformen en una penuria insostenible. Una cosa es endeudarse por uno o dos años de carrera y el resto pagarlo con los ahorros, y otra es que los 4 años más los gastos cotidianos sostenerlo con deudas. Una deuda de 4 a 5 millones de yenes puede implicar que por 10 a 15 años tenga que pagar todos los meses una suma importante con los intereses.
Un estudio de la JASSO sostiene que la mitad de los universitarios está endeudada de alguna manera. El aumento de estudiantes universitarios ha derivado que familias con ingresos medios de 5 millones de yenes manden a sus hijos a estudiar por lo que es una carga económica que pesa mucho. Hasta 1998 muchos de los estudiantes eran de familias con ingresos anuales de 8 a 10 millones de yenes, pero en ese entonces solo el 20% de los jóvenes podía estudiar en alguna Universidad.
Es bueno que más jóvenes tengan la posibilidad de estudiar, pero a cambio el problema es que uno de cada dos está endeudado y encima con estudios poco prácticos y niveles mediocres de preparación para el mercado laboral. No solo es que muchos concurren a universidades privadas de rango F sino aun estudiando en las medianamente aceptables o en las mejores no garantizan un futuro seguro, ingresos estables y la constitución de una familia feliz como se solía pensar hasta hace un par de décadas atrás. Según el examen PISA 2018 de la OECD, Japón estaría en una muy buena posición en ciencias y matemáticas, pero bastante bajo en comprensión de texto por la reducción de la lectura y la falta de redacción.
Quien escribe ha podido apreciar excelentes alumnos latinos que están llegando por ejemplo a algunas universidades prefecturales y por ende ya eso es sinónimo de que han estudiado muchísimo durante la secundaria y que los padres han realizado un gran esfuerzo. Pero, también es cierto que hay jóvenes latinos que no tienen un rumbo definido y están en unidades académicas muy mediocres que, aunque logren ubicarse en su primer empleo no están preparados para adquirir nuevos conocimientos ni asumir responsabilidades.
Como he venido insistiendo en estos años es importante hablar en familia lo que es conveniente y viable, un estudio superior o una especialización. Muchas veces una escuela técnica «senmon gakko” de dos años bien intensiva vale más que una carrera de cuatro años.
Pero por sobre todas las cosas es necesario que antes de elegir una universidad vean bien los contenidos, los datos que están publicados, las referencias y valuaciones que dan las calificadoras y más que nada asuman que la educación es tal vez la inversión más difícil de ver resultados. Pero sin una buena formación se verán limitadas las opciones y no serán recursos humanos empleables en las empresas o en el sector público. Hay que estudiar para no endeudarse y si se endeudan deben calcular bien para amortizarlo en 5 a 8 años como máximo, antes de cumplir los 30 años. Mientras más largo es el plazo más son los costos en intereses y menos margen para ahorrar o emprender otro camino en el mundo laboral, social y familiar.
JASSO: https://www.jasso.go.jp/shogakukin/index.html
Costos de las carreras: https://shingakunet.com/journal/column/20170327205609/
Becas de Gratuidad-Minist.de Educación: https://www.mext.go.jp/kyufu/index.htm
Sección Educación de Latin-a: http://latin-a.com/index.php?category=Educación
Por: Lic. Alberto Matsumoto