Hace algunos días recibimos una consulta de una persona de 73 años que había sido despedida de su trabajo y que, a pesar de haber trabajado durante varios años en este país, nunca aportó al seguro de jubilación por lo que al ser despedido había quedado sin ingresos para poder subsistir. Creemos que este es uno de los muchos casos que ya se empiezan a presentar dentro de nuestra comunidad y que debe hacernos reflexionar sobre nuestro futuro en este país.
Es importante entender que no podemos esperanzarnos en que las autoridades de este país asistan nuestras necesidades como comunidad, que somos nosotros quienes debemos empezar a preocuparnos por trabajar en la creación de programas y/o sistemas que nos permitan asistir nuestras necesidades. Tal vez este sea el momento de que en nuestra calidad de new kama (término utilizado en Japón para denominar a las comunidades extranjeras jóvenes), empecemos a preocuparnos por nuestro futuro tomando como ejemplo a los old kama (comunidades extranjeras antiguas).
Una de esas sería la comunidad coreana, que desde que inició su inmigración a este país en el año 1910 ha alcanzado gran desarrollo convirtiéndose en una comunidad que desde hace varios años viene trabajando a fin de cubrir sus propias necesidades. Una muestra de ello es la inauguración en julio pasado en Kobe (Hyogo) del centro de reposo para adultos mayores extranjeros «Group Homu Hana” de la NPO Kobe Foreigners Friendship Center (KFC), dirigida por el ciudadano coreano Kim Songil.
A fin de conocer un poco acerca de este importante proyecto visitamos el lugar siendo recibidos por el Sr. Kim, quien nos brindó una interesante entrevista.
Sr. Kim, gracias por recibirnos. Iniciamos esta conversación pidiéndole que nos explique sobre la organización que dirige.
KFC es una organización sin fines de lucro fundada en el año 1995 tras el Gran Terremoto de Kobe con la finalidad de brindar asistencia y contribuir al desarrollo de los extranjeros residentes en la prefectura de Hyogo. Durante estos años venimos realizando programas orientados a niños y adultos, entre los que se cuentan la enseñanza del idioma japonés, apoyo en la escolarización y estudios superiores, asistencia a adultos mayores, entre otros.
¿Cómo y cuándo nace la idea de construir este centro de reposo?
Hace 15 años, a fin de dar un poco de alegría a los adultos mayores coreanos iniciamos reuniones semanales para que departieran disfrutando de un almuerzo, lo cual tuvo gran acogida. Durante estos años los participantes fueron envejeciendo perdiendo sus facultades físicas lo cual les impedía seguir asistiendo, entonces nació la idea de crear el «Day Service” (día de servicio) que consistía en reunirlos una vez por semana. Los recogíamos de sus casas, los llevábamos a nuestro local, los bañábamos, alimentábamos, les hacíamos hacer sus ejercicios y actividades de sano esparcimiento y por la noche los llevábamos a sus casas. Al ver que esto los llenaba de alegría y les era de gran ayuda ya que la mayoría de ellos vivían solos y que cada vez les era más difícil valerse por si mismos; nace la idea de construir un lugar de reposo donde pudieran sentirse cómodos sin dificultades debido a diferencias de idioma y cultura.
Es la primera vez que escuchamos de un centro de reposo para extranjeros, ¿construirlo ha sido difícil? ¿Cómo lo lograron?
Sí, es el primero en su tipo en la prefectura de Hyogo. El primer paso fue hacer un estudio sobre costos, financiamiento y trámites que nos permitieran construir un centro que brinde atención las 24 horas del día, el proceso nos tomó dos años. Para construir este lugar KFC ha solicitado un préstamo de cien millones de yenes que debe devolver en un plazo de 15 años. Además, para mantener los gastos mensuales de personal, mantenimiento y servicios, se necesitan cerca de diez millones de yenes al mes.
¿Cómo se generan estos fondos?
De las mensualidades que aportan los residentes y de los ingresos obtenidos por los servicios que brindamos a personas de fuera; por ejemplo hay familias que traen por la mañana a sus mayores y los recogen por la noche ya que trabajan y no pueden atenderlos, aquí les damos los cuidados que necesitan.
¿Cuál es el monto de la mensualidad y qué servicios cubre?
La tarifa mensual por persona es de 115,000 yenes. Esta cubre los costos de alimentación, vivienda, chequeo médico, cuidados y asistencia. En la mayoría de casos, los residentes pagan sus cuotas con los ingresos de su seguro de jubilación (kokumin nenkin) y en algunos casos, con los del seguro para cuidados y tratamientos (kaigo hoken). Como verán los costos superan los ingresos, trabajamos muy duro para mantener a flote este proyecto ya que consideramos que nuestros adultos mayores merecen esto y mucho más.
¿Cuántas personas utilizan actualmente los servicios de este centro?
Tenemos 18 residentes de Corea, China, Vietnam y Japón, en su mayoría varones que son quienes tienen más problemas para ser acogidos por sus familiares viéndose obligados a vivir solos. Todos ellos reciben cuidados y atención las 24 horas de personal capacitado. Además brindamos cuidados y asistencias a muchas personas que no viven aquí.
¿Todo el personal del centro está capacitado para el cuidado de adultos mayores?
Si, contamos con asistentes certificados (helper), técnicos de enfermería y un médico; un total de 22 personas de diferentes nacionalidades, dentro de este grupo tenemos a una peruana.
¿Qué servicios brindan a quienes no viven aquí ?
Cuidados por un día y cuidado diario. Hemos logrado implementar un nuevo modelo de servicio de cuidados y asistencia orientados básicamente al adulto mayor extranjero, algo muy difícil de ver en Japón.
Recorriendo el centro vemos que existe camaradería entre las personas que viven aquí.
Además de brindarles asistencia y cuidados necesarios, nos preocupamos de que se sientan en familia ya que muchos tuvieron que vivir solos durante años. Aquí desayunan, almuerzan y cenan como una gran familia. Solo los dormitorios son personales, las demás instalaciones sala, comedor, cocina y baños, son de uso común. También realizan actividades en grupo como ejercicios, paseos y manualidades.
Sr. Kim, le damos las gracias por permitirnos visitar su centro y brindarnos esta entrevista. Finalmente, como miembro de una comunidad extrajera con más de 100 años de historia en este país y por la experiencia adquirida a través del trabajo que realiza en favor de su comunidad ¿Qué mensaje le daría a una comunidad relativamente joven como la latina?
Creo que es una comunidad que ya empezó a envejecer, conozco peruanos que ya están bordeando los 70 años; en ese sentido creo que si piensan quedarse aquí es necesario que prevengan, una forma de hacerlo es por ejemplo afiliándose al seguro de jubilación y al seguro de cuidados y tratamientos. Por otro lado, recomendaría a las agrupaciones que vienen brindando asistencia a su comunidad, como por ejemplo ustedes, la Comunidad Latina Hyogo, que empiecen a trabajar en la creación de proyectos como este que les permitan brindar servicios y generar trabajo para los miembros de su comunidad.
Testimonio de Mitsuko Yamaguchi, residente del centro
«Llegué a Japón con mis padres hace 80 años, cuando apenas tenía 10. A pesar de que tengo 6 hermanos, 3 hijos varones, nietos y bisnietos, los últimos 15 años viví sola. Mis hijos están muy bien, el mayor vive en Tokio y los otros dos aquí en Kobe, ellos tienen negocio propio y familia por lo que siempre están muy ocupados, vienen a verme muy poco. Es muy duro cuando los hijos crecen y se van, fue muy triste vivir sola, lamentablemente no tuve una hija, si la hubiera tenido hubiera sido diferente. Ahora, gracias al Sr. Kim que me trajo aquí, estoy muy contenta. Aquí recibo cuidados, cariño y no me siento sola. Tengo a mis compañeros y a las personas que nos cuidan, aquí me siento acompañada y segura”.
Testimonio de Masashi Watanabe, personal del centro
Masashi tiene 25 años y atiende a los adultos mayores en el centro: «Es mi primera experiencia en este tipo de trabajo. Aunque solo llevo 3 meses aquí, los siento como mi familia, inclusive en mis días de descanso estoy pensando en si estarán bien, ellos me dan mucho cariño. Gracias a esta experiencia he comprendido lo importante y necesario que es atenderlos, eso me impulsa a esforzarme más cada día. Es una gran satisfacción atenderlos, además todos mis compañeros de trabajo son muy amables y me apoyan mucho; me siento muy contento”.
Por: Roxana A. Oshiro y Fabiola Oshiro